Cuando a finales de los años 70 las inquietudes de los miembros de Faíscas do Xiabre se unieron a las de los músicos Antón Seoane y Rodrigo Romaní para fundar Milladoiro ninguno pensó que fueran a llegar "ni tan alto ni tan lejos", cuenta Nando Casal, uno de los componentes del grupo. En un país conservador donde los proyectos innovadores tenían poco que hacer, Milladoiro obtuvo el respaldo del público y lo mantienen después de treinta años difundiendo por todo el mundo la música tradicional gallega. Confiesan que tienen mucha ilusión, que les apetece mucho tocar en Moaña y que esperan que haya muchos seguidores con ganas de verlos porque ya hace tiempo que no tocan en la zona.

-¿Qué significa el Intercéltico?

-Es un certamen al que le tenemos un especial cariño. Es sin duda el mejor festival celta del sur de Galicia. Ya tocamos en el muchas veces, pero de vez en cuando hay que hacer un alto en el camino para permitir el paso a otros grupos. Para que haya aire fresco y cosas nuevas.

-¿Es importante conservar este festival a pesar de la crisis?

-Creo que es importantísimo porque una de las primeras cosas que la crisis se llevó por delante fue la cultura. Alrededor de un concierto de música hay mucha gente ganándose el pan cada día. Los chóferes de los camiones, los ingenieros de sonido, los técnicos de luz...y la gente no la da ninguna importancia, como si fuera un entretenimiento sin más transcendencia que la propia música en si. Nosotros hicimos un esfuerzo para poder estar aquí. Y también sabemos el esfuerzo que ha tenido que hacer el Intercéltico del Morrazo.

-¿Qué reivindicáis con vuestra música?

-No reivindicamos nada. Después de tanto tiempo no queremos ir de salvadores de nada. Lo que hacemos es un proyecto que tiene calidad musical. Tenemos la misma calidad que cualquier otro grupo de cualquier otro país del mundo que haga música enraizada en su propia cultura. Nos divertimos mucho haciendo nuestra música y lo único que pretendemos es que la gente también se divierta cuando nos escuche. Una de las características de Milladoiro es que es capaz de divertir a gente con gustos musicales muy diversos.

-¿Qué es para vosotros la fusión?

-No se debe confundir fusión con confusión. La fusión es buena cuando aporta algo a nivel musical. Hay gente que hace una fusión para que salga en la portada y vender más discos. Al final cuando miras el resultado artístico descubres la auténtica confusión. Cuando el resultado musical al que llegas es algo nuevo está muy bien que haya fusión.

-¿Cual es el papel de los instrumentos gallegos en vuestra música?

-Son imprescindibles, aunque hay momentos, a lo largo de la hora y media que puede durar un concierto, en los que ninguno de los componentes del grupo está tocando ningún instrumento tradicional gallego. A veces un oboe o un clarinete llegan al alma de la gente por el simple hecho de que la música transmite sensaciones y es capaz de emocionar. Pero Milladoiro no se concibe sin una zanfona o una pandereta en el escenario.

-¿Con qué temas van a deleitar al público del festival?

-La mayoría de los temas serán los clásicos de Milladoiro porque la gente quiere escuchar las canciones de siempre, con las que más se emocionan y con las que más bailan. Pero de los últimos discos también incluiremos algún tema.