En el epicentro del marianismo (la plaza de toros de Pontevedra ha sido la elegida por Rajoy para varios de sus mítines centrales) se echa en falta al ahora presidente, al igual que al ex ministro José Blanco, dos de los que expresaron desde el tendido su apoyo a la fiesta.

Se los echa de menos aunque solo sea como excusa para los coros de las peñas (que han llegado a conseguir que Rajoy colabore para hacer la ola o que sonría o al menos no se enfade ante alguno de los cánticos) y para paliar la sequía de famosos que vive la feria.

Y es que tras un arranque con menos entusiasmo y público que en otras ediciones continúa la sequía de caras conocidas, excepción hecha de los incondicionales del ciclo taurino.

Es el caso del naviero Fernández Tapias, "Fefé", que de nuevo ocupó un puesto en el callejón y sus familiares y amigos se situaron en una barrera, o el también empresario Gerardo Lorenzo, hermano del actor Francis Lorenzo.

Otro de los que repitió fue el actor madrileño de ascendencia gallega Manuel Baqueiro.

Tampoco faltó el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, acompañado de varios alcaldes, ni en general los cientos de peñistas que desafiaron al cansancio y a la resaca para disfrutar de una nueva tarde de toros.

Son menos que en anteriores ediciones. "La gente no tiene dinero", reconocen los aficionados, y menos para invertir en un espectáculo cuyos precios se sitúan entre los 40 y los 110 euros.

De modo que con menos público y en plena sequía de famosos, el gran protagonista de la jornada fue el buen ganado, especialmente el primer toro, lidiado por "El Juli", premiado con una vuelta al ruedo.