La Cueva de Valdavara se encuentra en una vía de paso natural entre la cuenca del Miño y la Cornisa Cantábrica. "En el Paleolítico las poblaciones eran nómadas y esta cueva debía ser un lugar habitual de paso para los que iban de una zona a otra; se quedarían un tiempo en ella y seguirían su camino", describe Manuel Vaquero. "El diente encontrado sería de un niño que pasó por aquí", afirma.

Un caso diferente son los restos de niños encontrados hasta ahora en la cueva, que pertenecen a la Edad de Bronce. Hasta el momento han hallado restos de tres niños: uno de seis meses, otro de dos años y otro de seis o siete. "En la Edad de Bronce, la cueva pudo convertirse en un lugar dedicado al enterramiento infantil que, aunque no es algo habitual, existen ejemplos en otras culturas", apunta el paleontólogo, al tiempo que adelanta que van a realizar pruebas de ADN a los restos para saber si están emparentados.