"El hecho no existe, lo importante es la interpretación que demos al hecho. Y ante ellos podemos reaccionar echándole la culpa a todo o a todos o asumiendo todas las responsabilidades para intentar cambiarlos. En otras palabras, podemos ir de víctimas o protagonistas y, desde luego, quien quiera crecer en su vida no puede ir de lo primero". Eso dijo ayer en el Club FARO Alfredo Díez, experto en coaching, liderazgo, inteligencia emocional y negociación en la charla titulada "¿Te quejas o buscas soluciones?".

Presentado por la periodista de Televigo María García, este "coach" sostiene que el victimismo es un "mecanismo automático" que se adquiere desde la infancia, al ser fomentado desde el entorno más cercano, y es también impulsado desde los medios de comunicación. "Desde pequeños -dice- venimos formateados con una media de 14 informaciones negativas por una de aliento. Así, cuando observamos la realidad, solo vemos la crítica. Poco a poco hay que ir cambiando. La realidad no existe, solo lo que interpretamos. El optimismo no depende de una "circunstancia" sino de "una forma de mirar la realidad.

Diez, al que Planeta le publicó "¡Nunca te rindas! Lucha por lo que quieres", realizó una charla muy interactiva con el público, que comenzó señalando los cometidos del hemisferio cerebral derecho e izquierdo, esa parte emocional o racional que se alojaba en uno u otro, y que desembocaba en lo que definió como dominio técnico o dominio humano. "Es un hecho que las emociones influyen en nuestra vida de relación, forma de trabajar y rendimiento, pero hasta hace poco no se tenían en cuenta. Ahora pueden demostrarse científicamente; actualmente se cuenta con herramientas de vanguardia para el análisis de las competencias emocionales y se pueden desarrollar las que se verifican como fundamentales a la hora de maximizar su rendimiento personal y profesional".

Cambiar de modelo

Para Diez, lo que distingue a los mejores y más efectivos profesionales en el trabajo pero también a las personas en la vida cotidiana no se basa en sus conocimientos, experiencia o habilidades técnicas, sino aún más en la capacidad de fusionar estos aspectos con la comprensión y apreciación de las emociones humanas y la facultad de utilizar ese entendimiento para gestionar sus propios recursos emocionales y los de aquellos que les rodean".

El "coach" destacó lo que llamó "caja de creencias". "Es todo eso que vamos guardando, memorias, paradigmas, modelos mentales... Contiene todo lo que sabemos y no sabemos y arrastramos desde niños. Si queremos cambiar nuestro comportamiento tenemos que revisar y cambiar las creencias que sean necesarias. Las personas podemos entrenarnos trabajando sobre nuestros modelos mentales para así expandir esa caja de creencias, o sea nuestra forma de entender e interactuar con el mundo".

Diez afirma que con la caja de creencias se pueden lograr objetivos normales pero si los pretendemos de mayor envergadura tenemos que reformularla, reformatearla, seleccionar las creencias potenciadoras y borrar las limitadoras, las negativas. "A partir de nuestra adolescencia -dijo- tenemos el poder de ser lo que queremos ser, de reconstruirnos. Cada uno de nosotros es responsable de su vida".

El victimismo, un tema central de la charla de Diez. "Hemos mamado victimismo en la casa y los medios de comunicación... Tenemos que ver dónde nos posicionamos ante un acontecimiento: echando la culpa a los demás o encontrando alternativas y soluciones a nuestros problemas. Recuerden al niño que, cuando suspende, dice "me suspendieron" pero si le aprueban, dice que aprobó él. Apliquen esto ustedes a su pareja, a su trabajo, a su relación con los demás y tomen nota", aclara este experto, para quien "la víctima busca culpables y siempre quiere tener razón. "Tienen que elegir entre el modelo victimista o el protagonista del que asume todas las responsabilidades, pero solo este último dará los mejores resultados".