En las últimas semanas el mundo entero se ha hecho eco de una noticia tan dura como incoherente que podría cambiar la legislación de un país. En El Salvador, una joven corre el riesgo de morir por culpa de una ley que, irónicamente, tiene como finalidad preservar el derecho a la vida.

Los médicos ya han aconsejado a Beatriz, nombre ficticio que se le ha dado a la mujer, que interrumpa el embarazo ya que, debido al lupus y la insuficiencia renal que padece, es muy poco probable que sobreviva al embarazo. Por si esto fuera poco, el feto ha sido diagnosticado con anencefalia, ausencia de gran parte del cerebro, por lo que el bebé morirá al poco de nacer.

Pero en un país como El Salvador, donde la interrupción está prohibida bajo cualquier circunstancia desde 1998, el futuro de esta joven de tan solo 21 años se debate únicamente entre la muerte y la cárcel.

El caso de Beatriz no ha sido el único que ha levantado la polémica en los últimos días. El proyecto de ley que Irlanda aprobó el pasado martes ha suscitado un gran debate al aceptar la amenaza de suicidio de la madre como motivo para abortar.

La ley llega poco después de que una mujer falleciera en el país irlandés el pasado mes de noviembre a causa de unas complicaciones por el embarazo. Savita Halappanavar, de origen indio, pidió poco antes de morir que se le practicara un aborto pero el equipo médico se negó con la única excusa de que Irlanda es "un país católico".

Islandia, pionera en el aborto terapéutico

Desde que Islandia se convirtió en 1935 en el primer país occidental que legalizaba el aborto terapéutico bajo circunstancias límite, muchos países han seguido sus pasos. En los últimos 15 años las leyes referentes a la interrupción del embarazo se han liberalizado en muchos países, por ejemplo en España. Pero sin embargo, aún a día de hoy, el tratamiento legislativo que se da al aborto varía enormemente de un país a otro.

El Salvador es uno de los más estrictos en el tema antiaborto, pero no es el único. El país centroamericano junto a Nicaragua, la República Dominicana y Chile son los únicos países del continente americano donde el aborto, en todas sus formas, está penado por ley con duras condenas de cárcel.

En el caso europeo, Malta y la Ciudad del Vaticano son los únicos estados del continente totalmente estrictos en el tema de la interrupción del embarazo.

Hay que destacar que en el viejo continente hay una gran diferencia entre los países del Este y los más occidentales. La mayor parte de los países de la Europa oriental son totalmente permisivos en sus leyes sobre el aborto. Sin embargo en el lado más occidental solo Suecia, Noruega, Dinamarca y Bélgica son completamente liberales en este tema.

España, a diferencia del resto de Europa, es uno de los más estrictos. En nuestro país, el embarazo solo se puede interrumpir durante las 14 primeras semanas de gestación. Aún así, el plazo se puede ampliar hasta las 22 semanas si el embarazo pueda acarrear graves riesgos para la vida de la madre o del feto.

La reforma de Gallardón

Precisamente, las leyes sobre la interrupción voluntaria del embarazo han suscitado un gran debate en las últimas semanas en nuestro país. La propuesta de reforma que el ministro Alberto Ruíz-Gallardón planea hacer sobre la normativa vigente ha enfrentado al gobierno con las asociaciones de feministas, y con el resto de personas, que defienden que la decisión de abortar reside, después de todo, en las mujeres.

La reforma que pretende llevar a cabo Gallardón eliminaría el sistema de plazos y se volvería a una legislación de supuestos. Incluso se podría incluir el aborto como un delito en el Código Penal.

Una de las medidas más polémicas es que la nueva normativa prohibiría el aborto en caso de malformaciones fetales. Asimismo, ya no servirá como ´excusa´ para abortar el supuesto peligro para la salud mental de la madre. En los casos en los que pueda haber peligro para la vida de la embarazada se exigirán exhaustivos informes de especialistas.

Por otro lado, las menores que quieran abortar deberán contar con el permiso de los padres.