Otro de los casos expuestos por Juan Masiá Clavel fue el de las mujeres violadas durante la guerra en la antigua Yugoslavia. Al llegar a los campos de refugiados, tuvieron a su disposición píldoras del día siguiente, que el catedrático de Bioética encuadró en los métodos de "contracepción de urgencia".

"El responsable de Bioética del Vaticano dijo que le dolía mucho lo de las mujeres, pero que la vida es sagrada -recordó-". Dos periódicos españoles de línea opuesta expresaron su opinión, contraria o favorable al Vaticano. "¿Qué datos había? ¿Quién había dicho que eso era aborto? -se preguntó Masiá- Hablamos de contracepción, no de aborto".

Masiá Clavel subrayó que existe un "problema de biología y de filosofía", y que los seres vivos "no nacen y crecen de forma mecánica, no es un interruptor que se enciende, ni el seno materno es un mero recipiente de una semilla". Atribuyó a ese desconocimiento de la biología que se confunda la llamada píldora del día después con la píldora abortiva RU-486, y "que se piense, erróneamente, que el DIU es abortivo".

Torres Queiruga

La presentación del teólogo gallego Andrés Torres Queiruga, ausente por un imprevisto, elogió el "talante elegante y mesurado, tan necesario hoy", de Masiá Clavel, quien -dejó escrito- "contribuye a la aproximación Oriente-Occidente", abandona "extremismos estériles" y "se expone a los tiros de ambos lados". "Aporta una lectura actual y absolutamente evangélica de los debates bioéticos", destacó.