Mientras los hombres que lo mataron van desapareciendo de la faz de la tierra, la muerte de Bin Laden sigue generando revelaciones. La última, difundida la semana pasada, asegura que el fundador del grupo terrorista Al Qaeda fue muerto de un tiro en la cabeza y rematado de otros dos en el suelo, a pesar de que no portaba armas ni las tenía al alcance de la mano.

La información, facilitada por uno de los dos únicos supervivientes del equipo de 25 atacantes, pretende desmentir la publicada a principios de marzo en la revista estadounidense "Esquire". Según las revelaciones que, bajo condición de anonimato, hizo a este mensual otro de los atacantes, que se jactaba de haber liquidado él mismo al saudí, llegó a encontrarse frente a frente con Bin Laden en una habitación y solo le disparó, dos veces y en la cabeza, al darse cuenta de que el fundador de Al Qaeda tenía un arma a su alcance. Sin embargo, según el soldado que le contradijo la semana pasada, las armas de la habitación de Bin Laden no estaban a la vista, y solo fueron halladas después de un concienzudo registro. En cualquier caso, añade este testigo, fueron varios quienes dispararon, por lo que nunca se podrá saber quién mató a Bin Laden.