La fachada del antiguo Rectorado y su entorno, la plaza del Rey, la fuente de la plaza de España, la fuente y la pérgola de la calle Aragón y la fuente de la calle Gran Vía en Vigo, así como las catedrales de Santiago y de Tui; la iglesia de la Peregrina, la basílica de Santa María, el monasterio de San Francisco y la fachada del ayuntamiento de Pontevedra; el castillo de Santa Cruz de Oleiros; la plaza Mayor de Ourense; la muralla romana de Lugo, y la Torre de Hércules, y la plaza de María Pita, en A Coruña, entre otros enclaves emblemáticos, se quedaron ayer a oscuras durante sesenta minutos para luchar por el planeta, una estampa que se repitió en todo el globo terráqueo. "La hora del planeta", acción global que desde hace siente años promueve la organización WWF, contó con la participación de más de 200 ciudades y municipios y 500 empresas y organismos solo en España, y con más de mil millones de personas en todo el mundo, que con un gesto tan simple como apagar las luces durante una hora, de 20.30 a 21.30 horas, mostraron a los gobiernos del mundo la importancia de la lucha contra el cambio climático para que se adopten medidas encaminadas a frenarlo.

Este año, "La hora del planeta" contó con la participación de Palestina, Túnez, Surinam, Santa Elena, la Guyana Francesa, Galápagos y Ruanda, que se sumaron así a la larga lista de países que ya secundan esta acción en contra del calentamiento global. Desde WWF, se aboga por continuar con pequeños gestos como el de ayer todo el año, ya que la suma de todos puede determinar el futuro del planeta.