-¿Qué emigración supuso más sangría para Galicia?

-Si miramos la emigración neta, lo que Galicia pierde es más fuerte en Europa en la última etapa, en los años 60 y 70. Según datos del profesor de Geografía de Santiago Julio Hernández Borge, la emigración entre los años 1961 y 1975 en Galicia fue de 558.168 personas. La exterior de 358.633.

-Los cálculos de las mujeres que salen hoy en día ¿son más farragosos?

-Estamos en proceso de estudio ya que es necesario distinguir entre emigrantes, expatriados, salidas, retornos. Es difícil es identificar claramente al colectivo "emigrante" ya sean hombres o mujeres (...)

-¿Es comparable la situación económica de hoy y los años sesenta?

-No. Son contextos económicos y sociales diferentes. Es equiparable la necesidad de salir a buscar trabajo porque no encuentras en tu entorno el que consideras, pero las causas son distintas. En la Europa de los años sesenta, la sociedad dejaba de ser agraria. Las salidas de hoy obedecen a la crisis de un modelo de crecimiento.

-Las expectativas económicas tampoco son las mismas.

-Las diferencias salariales tampoco son tan marcadas ahora entre España y otros países europeos. Pero además, ha cambiado la cultura del emigrante. Antes solo trabajaban para volver. Una persona formada que viaja hoy para trabajar no tiene esa estructura de gastos. Sus necesidades son distintas; se centra más en el enriquecimiento personal y en el trabajo digno; no en el ahorro de capital.

-¿Cuáles son las principales diferencias entre las emigrantes que salen hoy de Galicia y sus abuelas?

-Hoy los mundos son mucho más cercanos y muy superior la formación. Hay muchas familias con hijos fuera por razón de estudios. Es una realidad distinta, porque los mundos son distintos. La defensa que le da a las mujeres moverse por el mundo con formación académica es vital: optan a mejores puestos de trabajo.