Hace dos años, la Unidad de Reproducción Asistida del CHUVI comenzó a admitir a mujeres sin pareja y a mujeres lesbianas. Las inseminaciones con semen de donante no han hecho más que crecer desde entonces pasando de los 14 ciclos de 2001 (cuando solo se realizaba en casos de parejas heterosexuales que lo precisasen) a los casi 200 del año pasado.

"El perfil de estas mujeres es mayoritariamente de un nivel socioeconómico y cultural alto, aunque también tenemos un porcentaje de mujeres del rural", describe el doctor Vázquez Lodeiro. "Se trata de mujeres que tienen 35 años o más y no han encontrado pareja y desean igualmente ser madres, además de mujeres lesbianas", añade.

"La mayoría de ellas acudían antes a clínicas privadas, pero ahora tienen la oportunidad de hacerlo en la sanidad pública, algo por lo que nosotros peleamos mucho. La crisis económica es una causa clave en este aumento de demanda", concluye el jefe de la unidad.