La historia convierte de nuevo a Baiona en protagonista. Hace 520 años que la villa recibía la primera noticia del Descubrimiento de América a bordo de una maltrecha carabela "La Pinta" con una tripulación exhausta por las penurias del tornaviaje desde el Nuevo Mundo. Todavía inconscientes de lo que supondría aquella arribada para el futuro de su localidad, los baioneses se volcaron en atender a los marineros enfermos. Hoy reviven aquel carácter del buen anfitrión y concentran sus esfuerzos en "cuidar" a las decenas de miles de personas que, como cada año, los visitaron ayer para disfrutar de la fiesta que conmemora aquel hecho histórico que los puso en el mapa internacional del siglo XV.

Les ofrecen toda clase de alimento, para saciar su apetito y también su espíritu. Desde los suculentos manjares de la época, a los espectáculos medievales más aplaudidos. Una jornada para olvidar las dificultades económicas y los escándalos políticos, aunque no del todo.

El homenaje al capitán de "La Pinta", Martín Alonso Pinzón, se vio empañado durante la mañana por la protesta de los afectados por participaciones preferentes y obligaciones subordinadas de Novagaliciabanco. Pero la tensión duró lo mismo que la presencia de las autoridades en la calle, poco más de una hora.

Luego todo volvió al guión previsto y la celebración continuó por todo lo alto. Los manifestantes no quisieron "aguar la fiesta" a vecinos y visitantes, que acudieron al Real Mercado en busca de numerosos productos artesanales: juguetes, joyas, artículos de decoración, ropa, complementos y también alimentos con denominación de origen, conservas de todo tipo y licores.

Las plazas se reservaron para las demostraciones de oficios, como ocurrió en la del Ayuntamiento, donde se concentraron canteiros, carpinteros, cesteros, zoqueiros, artesanos del cuero y, por supuesto, el "ferreiro", entre otros.

En la alameda de Carabela Pinta, los arqueros mostraban sus habilidades, al igual que lo hacían los maestros de esgrima, o los soldados de la época con las máquinas de asedio. Los jardines del Hospital Sancti Spiritus, hoy biblioteca municipal, albergaron un campamento de entrenamiento de caballeros, mientras que en los de la Casa Carvajal competían los participantes en las "Olimpiadas medievales".

Todo ello aderezado con la irrupción de curanderos, brujas, magos, trovadores que arrancaban los aplausos de los presentes, igual que lo hicieron los cetreros que mostraron sus habilidades con las aves rapaces y los caballeros que protagonizaron un multitudinario torneo de justas en la playa.

El momento culminante de la jornada llegó a las ocho de la tarde con la representación de la Arribada del Descubrimiento, obra de Avelino Sierra dirigida por Mónica Sueiro, en la que un grupo de actores recuperó la magia del momento en que los hombres de Pinzón desembarcaron en la playa de A Ribeira. Un montaje teatral que se repetirá hoy a las seis de la tarde en el mismo escenario, de la misma manera que el casco histórico acogerá de nuevo los atractivos del mercado, la gastronomía y artesanía.

Los arqueros muestran su habilidad - La competición de tiro con arco fue una de las atracciones más seguidas durante la jornada en la alameda de Carabela Pinta, que también albergó un torneo de esgrima.

El atractivo de los oficios de la época - Como Xavi Garrido, el cantero de la imagen, los ferreiros, cesteiros, cabaqueiros, sopladores de vidrio, artesanos del cuero o zoqueiros despertaron el interés del público.

Una jornada para la gastronomía - El churrasco, el pulpo, los chorizos y empanadas fueron los platos más demandados en los puestos de Santa Liberata, junto con toda clase de dulces típicos.