El fotógrafo de FARO DE VIGO Guillermo Cameselle Domínguez falleció ayer en su domicilio vigués a los 61 años de edad, tras una larga enfermedad. Nacido en 1951 en la ciudad olívica, trabajó durante más de tres décadas en la sección de Fotografía del diario decano de la prensa nacional.

Cameselle inició su carrera profesional en la delegación territorial de Televisión Española en Galicia realizando labores de reportero gráfico y, posteriormente, ejerció como corresponsal gráfico de la Agencia Efe en Vigo, hasta que en 1974 se integró en FARO. Su entrada en la Redacción del diario decano la hizo de la mano de Manuel García Castro, Magar, con quien ya realizaba algunos trabajos como fotógrafo junto a otro histórico del reporterismo gráfico gallego, el inolvidable Manuel Novoa. La marcha de Siorty -Secundino Iglesias Ortigueira- del diario decano por una enfermedad, abre las puertas a Cameselle. FARO estaba dirigido en aquellos años por Manuel Santaella, y solo contaba como redactores gráficos con Siorty y Magar, quien intercede para que Cameselle se incorpore a la plantilla de FARO como fotógrafo.

En los convulsos años de la década de los ochenta, Cameselle deja testimonio gráfico de las protestas de los trabajadores en contra de la reconversión industrial y el desmantelamiento del sector naval de la ría viguesa. También es testigo de los años dorados de la Movida, dejando imágenes para la historia de los protagonistas de aquel movimiento sociocultural que traspasó las fronteras del "telón de grelos", para ser protagonista nacional.

Su reportaje gráfico de noviembre de 1990 sobre los conflictos entre mariscadoras en los arenales arousanos del Castelete mereció el primer premio del concurso "Galicia y el mar".

En 2001 fue nombrado jefe de fotografía de FARO y en 2005 recibió el premio Galicia de Comunicación en la categoría de periodismo gráfico en reconocimiento a su "intensa y brillante trayectoria". Cameselle nos deja una vida marcada por su profesionalidad y por una personalidad que le hizo ser querido por todos.

Sus últimos años, obligado por una cruel enfermedad, los pasó arropado por su familia y amigos, así como por la atención de los profesionales que le atendían en el hospital vigués do Meixoeiro. Todos los que formamos parte de FARO DE VIGO mostramos nuestro más sentido pésame a su viuda, Rosa González; a sus hijos Rosa María, Guillermo y Fernando; a su madre Dolores y al resto de familiares.