La movida viguesa, aquellos maravillosos años. Y hoy, movida promovida por el ayuntamiento, que cantaban Los Refrescos: "Son de Vigo" es la cita que el Concello ha propuesto para, acercándose a la Plaza de la Constitución del Casco Vello, conocer los nuevos valores musicales de la ciudad (a destacar Aries, el proyecto de Isabel Fernández, ex Charades, que ya había brillado en el "Festival Sinsal San Simón" de hace una semana). Y se puede decir que "Son" ha finalizado ayer, a lo grande, con la pompa de veteranas glorias, en el lugar de los grandes conciertos por antonomasia. En las fiestas veraniegas de Vigo en 2012 no puede faltar Castrelos, y si las cosas no están para traer una Patty Smith, buena será una febril y cachonda encamada sobre el escenario de las dos bandas más importantes de la historia de la música rock de Vigo (con permiso de Golpes Bajos).

Sí, Castrelos recibió la noche de ayer a Siniestro Total y a Os Resentidos, dos mitos puros y duros de, no obstante, trayectorias y presentes bien diferenciables. Los de "Me pica un huevo" nacieron punk, crecieron rock y maduraron blues sin perder su vacile y retranca perpetua pero sin la pegada fiera de sus inicios (imposible batir "Cuándo se come aquí", un disco como dos€ tortas). Y Os Resentidos por su parte fueron la voz pop-rock de la realidad circundante (quién no recuerda "Sector Naval"), la banda que coló el idioma gallego a nivel nacional en las radio fórmulas y con taco incorporado (venga, todos a tararear aquello de "fai un sol de carallo"), que llegó a investigar el rap filtrado por la muñeira en el Lp "Jei" (1990), y que se despidieron por todo lo alto con "Xa están aquí" dos años más tarde. Vuelven, no sabemos por qué, aunque buena causa pueda ser las ganas de divertirse tanto como en este concierto.

Ambos combos cumplen la treintena, más edad que alguno de los asistentes que abarrotaron el anfiteatro del parque vigués, y aunque sendas bandas ya han celebrado sus respectivas onomásticas hace meses por separado, parece que la fiesta de cumpleaños total la hubieran reservado para ayer noche. Porque eso fue, ante todo, lo vivido en Castrelos: un fiestorro en toda la extensión del término. Al principio se vio un foro no vacío, ni mucho menos, pero tampoco a rebosar: la zona de pago bueno€ (dos euros, precio de regalo) reunió a los incondicionales de ambas bandas, y el anfiteatro mostraba generosos espacios abiertos, algo inaudito en ocasiones anteriores como en el histórico concierto de Leonard Cohen o Pet Shop Boys.

Pero Castrelos se fue llenando hasta colmar el espacio gratuito, y así abrieron fuertes Os Resentidos, con arenga que incorporaba guiños a Caixanova. Apareció Reixa con carisma, todo de negro, la voz en su punto, entre la coña y la denuncia, y a la primera de cambio, "Galicia caníbal" para poner el parque patas arriba. Treinta años no son nada, cuando se sigue "resentido". Potencia bravú antes de la etiqueta.

Tras la actuación del combo de Reixa, el nuevo director de la SGAE dejaría las tablas a unos reyes del directo, unos Siniestro Total incombustibles sin duda encantados de hacer saltar de rock and roll, en Castrelos, hasta a los árboles. Ellos saben montar una fiesta de padre y muy señor mío. La actitud de los de "Miña terra galega" siempre es en Vigo una diana certera, su batería de "hits" parece concebida para arder a todo volumen en el auditorio silvestre de Castrelos, como ayer.