A principios del siglo XIX el médico compostelano José Varela de Montes, entonces subdelegado de Medicina en Galicia -que ejercía como facultativo en el Hospital Real- atendió el parto de la que luego sería la gran escritora del Rexurdimento literario: Rosalía de Castro. Su biografía recién publicada cita que él mismo la llevó "personalmente" a bautizar como hija de padre desconocido. Este anecdótico dato es uno de los que refiere de la vida del célebre doctor Varela de Castro el proyecto bautizado como Álbum da Ciencia. Nace con el objetivo de poner nombre y biografía a las personalidades más destacadas del panorama científico gallego. La ciencia gallega contemporánea, cara a cara. Entre los nombres que figuran están Ramón María Aller, Antonio Casares Gil, Juan Jacobo Durán Loriga, Alejandro Rodríguez Cadarso, Ramón de la Sagra o Bibiano Fernández Osorio-Tafall.

El álbum encargado por el Consello da Cultura Galega trata de cubrir los "déficits" en el conocimiento científico" de personalidades de este ámbito, frente a la cultura humanística, en palabras del coordinador de una sección y vicepresidente de la institución, Francisco Díaz Fierros. Y las primeras veinte biografías, de las trescientas que elaborará un equipo integrado por 23 investigadores ya están disponibles en la web.

En la presentación hace unos días , el director Xosé Antonio Fraga avanzó que se traducirán al inglés un total de veinticinco de las biografías programadas. Y aseguró que "tiene más que una dimensión divulgativa por las aportaciones investigadoras y académicas de los expertos, que hace del proyecto algo único en la red". El principal criterio utilizado para la selección de autores es el de la relevancia de la obra en el momento histórico en que vivieron y su vínculo con Galicia. El punto de partida del trabajo fueron las 201 biografías elaboradas para el Diccionario histórico de científicos gallegos -editado por el Seminario de Estudos Galegos-.

Y entre los documentos hay detalles curiosos como el del aventurero por los mares de todo el mundo, Francisco de Seijas. En la última época de su vida y luego de recorrer América, se planta en Versalles en 1702. "Se desplazó para reclamarle directamente a Luis XIV el dinero robado por los piratas", refleja. "No se lo devolvieron, pero en cambio, su conocimiento de las tierras americanas fue del máximo interés de la corte francesa, que le concedió una generosa pensión a cambio de redactar informes" .

También cuestiones internas: "El catedrático de la Universidad de Santiago Varela de la Iglesia y otros innovadores próximos a él, como Manuel Varela Radío y Roberto Nóvoa Santos, debieron soportar cierta marginación por parte del poder académico", refleja la obra.