El diseñador vigués Jandro Villa no puede calificar de "infraleve", ni siquiera de leve, su paso por el Salón del Prêt-à-Porter de París, al que ha asistido como único representante de la joven creación de la moda española, de la mano de la Asociación de Nuevos y Jóvenes Diseñadores Españoles (ANDE). Su colección, "Infraleve" –que toma prestado el término acuñado por el francés Marcel Duchamp para definir aquello que es más que leve–, ha tenido una gran acogida entre compradores y profesionales de la moda, según ANDE, lo que le consolida como una de las promesas de la moda española.

Tras ganar el Premio Mejor Diseñador Nacional y haber pasado por la pasarela de Barcelona, París se presentaba para Villa como "la última escala" para poder vivir del diseño. Pues parece que esta escala ha sido placentera. Su colección, la más ambiciosa que ha realizado hasta el momento, ha llamado la atención de compradores de todo el mundo, especialmente de los procedentes del mercado asiático y de los países árabes. Tras su paso por la feria parisina, sus creaciones se comercializarán en países como Kuwait, del que ha recibido un importante encargo.

"Infraleve" es una colección que tomando el éxodo de los artistas de principios del siglo XX a Francia como concepto, emplea fundamentalmente tergal y popelín en propuestas funcionales y con múltiples combinaciones.

Exentas de ornamentaciones superfluas –su único elemento decorativo es una espiga de trigo grabada a láser–, de líneas rectas, cortes limpios y colores neutros y grises, las prendas de Villa tienen mucho de estilo nórdico como el mismo diseñador reconoce. Y esta vez además, no solo se pueden tocar y sentir; también se pueden oler, porque el diseñador las ha dado olor propio: el del polvo de talco.

Villa ha llevado además a París el trabajo de cerca de una quincena de profesionales vigueses –patronistas, modistas, diseñadores de accesorios, etcétera– por lo que ha presentado una colección cien por cien "Made in Galicia". Antes de viajar a la capital gala, el diseñador expresaba su deseo de que su primera cita internacional le sirviese para encontrar trabajo en una firma y poder seguir dedicándose al diseño. Tal vez ahora que sus creaciones han captado la atención de compradores de distintas procedencias, se cumpla este anhelo, aunque primero tendrá que cumplir con los encargos que ha cerrado en París, que tampoco es un quehacer "infraleve".