Miguel Vivancos Gómez nació en Melilla en el año 1958. Ha trabajado durante años para el editor gallego Manuel Moleiro publicando estudios sobre los beatos de San Andrés de Arroyo y Santo Domingo de Silos, entre otras obras.

–¿Por qué robar un manuscrito?

–En muchos colofones de los manuscritos, se amenaza al ladrón diciendo que quien robe este libro será colgado del patíbulo. Esto significa que hay amenaza porque hay delito. ¿Por qué se roban? Hay muchas razones por las que robar un manuscrito, porque es un objeto precioso, porque interesa su contenido o porque es la forma más barata de conseguir el libro deseado.

–Usted ha trabajado en la British Library estudiando códices y beatos, ¿qué sentía al contacto con estos libros?

–He tenido en mis manos códices de hasta el siglo quinto. Siempre, siempre es una situación indescriptible. Tienes en tus manos un tesoro que ha resistido al tiempo. Es una experiencia acercarse a ellos para venerarlos.

–Son tesoros en peligro...

–Cuando hablamos de un manuscrito hablamos de un ejemplar único, aunque su texto pueda ser conocido. En el caso del Códice Calixtino, el texto nos lo han comunicado a través de otros manuscritos del siglo XII que se conservan; pero el Códice Calixtino robado en la Catedral es un ejemplar único porque estaba escrito e ilustrado a mano. Su pérdida es irreparable.