La dispersión de la población en Galicia así como la evolución de la Guerra Civil incidieron en las características de las fosas comunes de represaliados que se han localizado en la comunidad. Los estudiosos destacan que el promedio de cuerpos que se encuentran se sitúa entre cuatro y cinco. Sin embargo, hay una que se escapa a este índice. Se trata de la fosa ubicada en el cementerio coruñés de Aranga donde se enterró a 35 represaliados.

"Salvo este caso, en Galicia no hay fosas como, por ejemplo, Burgos, con 50 personas. La gran mayoría de las fosas en la comunidad están en cementerios", explica Gustavo Hervella.

La abundancia de parroquias y cementerios contribuyó, en parte, a que los cuerpos de los represaliados fuesen enterrados en su área, especialmente en las fosas comunes para pobres.