El trastorno de la hiperactividad y/o déficit de atención (TDAH) parece asociado indeleblemente a los niños. Niños que no consiguen fijar la atención, inquietos, impulsivos, con problemas para seguir las clases. Pero, ¿qué ocurre cuando estos niños crecen? ¿Desaparece siempre el trastorno? La respuesta es no.

Un 70 por ciento de los casos llega a la adolescencia manteniendo su problema y la mitad de ellos persisten en la edad adulta. Sin embargo, aquellos que no han sido diagnosticados de niños es difícil que se les diagnostique de mayores ya que el trastorno se confunde con otras dolencias y suele estar asociado, además, a la depresión.

"La hiperactividad en los adultos no se manifiesta como en los niños, con esa inquietud constante; los mayores son capaces de controlarla pero lo viven como un sentimiento interior de intranquilidad", explica Estela Portillo, psicóloga de la Asociación de Niños con Hiperactividad y/o Déficit de Atención (ANHIDA). Esta asociación, ubicada en Vigo, es la primera de Galicia que organiza terapias para adultos. El año pasado fue su estreno, participaron una veintena de personas y fue todo un éxito.

"Los adultos con TDAH que no fueron tratados en la niñez presentan una baja autoestima, dificultad para mantener la atención, gestionar el dinero, guardar el orden, planificar y, sobre todo, no consiguen controlar su impulsividad, lo que les genera muchos problemas. A pesar de que la mayoría posee una alta capacidad intelectual, suelen estar en puestos de trabajo inferiores a su capacidad", explica la psicóloga.

Además, un porcentaje importante es proclive a las depresiones "ya que a lo largo de los años han generado mucha frustración y ansiedad", así como a las adicciones "especialmente el hachís, ya que provoca un efecto sedante en ellos", describe Portillo.

En las terapias, los afectados reciben, por una parte, una información profunda del trastorno que sufren y, por otra, las herramientas para paliar sus síntomas. "Son terapias grupales ya que es la mejor manera de trabajar la empatía, el ponerse en el lugar del otro", apunta la psicóloga. Así, aprenden cosas en apariencia tan sencillas como llevar una agenda, hacer listas de cosas pendientes y usar siempre reloj. "Todos han logrado cambios en sus vidas, en mayor o menor medida", asegura Portillo.

La participación en la terapia de hiperactivos adultos fue para Miriam –nombre falso– su tabla de salvación. "Al principio era violento hablar con desconocidos de tus dificultades y defectos que prefieres ocultar, pero fue increíble sentirnos tan reflejados los unos con los otros y dejas de sentirte culpable. Aprendes a encauzarlo y a asumirlo de otra manera", resume. Y ha conseguido resultados: "Llevo registro del dinero, estoy usando agenda y tengo algunos papeles organizados, que eso era algo impensable".

Jornadas informativas

La atención temprana es esencial para paliar los síntomas de la hiperactividad, que es un trastorno neurobiológico que afecta al 8% de la población infantil. La falta de información, tanto en los padres como en los profesores, es la culpable de que en muchas ocasiones el trastorno se diagnostique tarde. "Es tremendo que aún hay muchos docentes que creen que el TDHA no existe", lamenta Portillo. Para concienciar a la sociedad, ANHIDA organiza anualmente unas jornadas formativas e informativas. Este año la cita será los días 11 y 12 de noviembre en el Verbum de Vigo. En esta cuarta edición participarán especialistas como los psiquiatras José Luis Fernández-Sastre y Ana Gago y tratarán temas de gran interés como los trastornos de sueño en el TDAH y los aspectos básicos de la comunicación con los niños en las distintas etapas.