Cinco de cada cien españoles, lo que supone algo más de dos millones de personas, reconocen que no tienen suficiente para comer a diario, mientras que un 33% ha cambiado su dieta por motivos económicos, según un estudio presentado ayer por Oxfam (En España, Intermón Oxfam) y que forma parte de su campaña mundial "Crece", lanzada con motivo de la reunión que los ministros de Agricultura del G20 celebrarán la próxima semana en Francia para tratar la crisis global de los precios de los alimentos.

"No se puede afirmar que dos millones de personas pasen hambre en España porque aquí hay una red social y familiar de apoyo que hace más liviana la situación, pero lo cierto es que hay un número creciente de españoles que comen peor o que afirman tener sus necesidades alimenticias peor satisfechas a causa de la crisis alimentaria", explicó ayer José Luis Quintela, director de Intermón Oxfam en Galicia.

El estudio, realizado a partir de entrevistas a unas 16.000 personas de 17 países, desvela que más de mil millones de personas en todo el mundo pasan hambre y que la subida del precio de los alimentos es la mayor preocupación de ciudadanos de los cinco continentes.

"En los países desarrollados, la brecha entre las clases sociales alta y baja es cada vez mayor. Estamos asistiendo a una destrucción de la clase media, que vive peor y que se refleja a la hora de comprar alimentos, que son de menor calidad. En España hay mucha gente que reconoce que ahora solo puede comer carne una vez a la semana y que echa mano de los productos precocinados, que resultan más baratos que los naturales", aseguró.

En los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, a la hambruna recurrente se suma ahora la dificultad de millones de personas a la hora de acceder a la comida, una situación que según la ONG no solo se consolidará a lo largo de este año, sino que aumentará. "Las previsiones es que el precio de los alimentos se dupliquen en 2030", advirtió Quintela. Las principales causas de la crisis alimentaria son la especulación en las materias primas; el cambio climático, que hace que las cosechas sean menos producticas, y el destino de tierras de cultivo a la producción de productos como la palma, destinados a biocombustibles. Para frenar esta situación, Oxfam propone, entre otras medidas, políticas para el desarrollo agro alimenticio.