El fotógrafo vigués Ángel Llanos, de 95 años, fue distinguido ayer con el premio Ángel Cancelo "Una vida de imágenes", que concede la Asociación de la Prensa de A Coruña en colaboración con Novacaixagalicia, en reconocimiento a sus más de 70 años de dedicación al fotoperiodismo. El decano de los fotógrafos de Vigo no pudo asistir al acto de entrega, que se celebró en Santiago, que recogió en su nombre su hija Mercedes, quien excusó su ausencia y transmitió su agradecimiento por este reconocimiento a su trabajo como fotoperiodista. "Mi padre no ha podido asistir por problemas físicos, pero está muy contento y muy orgulloso por este premio", manifestó.

Para Llanos, la fotografía, oficio que heredó de su padre y de su abuelo, era más que una profesión; era su pasión. "Era mucho más que un trabajo; era continuar una saga familiar, que se cierra con él", reconoció su hija tras finalizar el acto. Mercedes Llanos lo recuerda siempre con la cámara colgada, sin la que no salía de casa. "Hasta que los ochenta y tantos años, cuando vio que salir de casa solo no era seguro, iba con su cámara a todos los actos de la ciudad", manifestó.

Ninguno de sus hijos ha seguido los pasos del veterano fotógrafo vigués, aunque Mercedes estuvo a punto de relevarle. "Durante una época fui con él a actos, inauguraciones..., pero la fotografía requiere disponibilidad absoluta y no tiene horarios; es muy dura. Yo recuerdo las horas y horas que trabajaba mi padre haciendo fotografías y después en el laboratorio", aseguró.

Ángel Llanos nunca quiso atarse a ninguna empresa y trabajó por su cuenta toda su vida. Según su hija, porque no quería atarse a ninguna modalidad de fotografía. "Le gustaba igual el fotoperiodismo como la fotografía de empresa y la de estudio, y por eso nunca quiso atarse a ninguna empresa, para no limitar su trabajo. Él decía que la fotografía era parar la luz y eso es lo que hacía", relató.

Muy perfeccionista, Mercedes asegura que podía pasarse horas en el laboratorio retocando alguna fotografía de estudio. "Las señoras que se retrataban querían estar guapas y eso hacía mi padre", explicó.

Ángel Llano trabajó con cámaras analógicas, pero también digitales "Aunque era un apasionado del blanco y negro, decía que era una maravilla. Se compró una cámara digital pequeña, que siempre llevaba en el bolsillo", comentó.

Asimismo, el reportero gráfico de "El Ideal Gallego" Javier Quintana recogió el galardón del IV Premio de Fotoperiodismo "Fundación Caixa Galicia-Juan Cancelo", que ganó con la serie de fotografías "La soledad del marchador de fondo".