La pasión de Pablo Piñeyro (Lugo, 1979) es la paleografía y la historia medieval. Durante meses, este investigador del Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento (CSIC) "buceó" entre más de setecientos documentos del monasterio de Oseira datados entre 1435 y 1485. El resultado de sus investigaciones aporta una nueva luz a las estirpes de caballeros y escuderos que mediatizaron la vida gallega en la Baja Edad Media. El trabajo acaba de ser reconocido con el Premio Extraordinario de doctorado de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidade de Santiago.

–Un reconocimiento a un largo trabajo.

–Sí, siempre es un orgullo ya que, por desgracia, en la sociedad actual este tipo de reconocimientos académicos no se valoran mucho. Además, realizar una tesis supone un esfuerzo grande ya que casi nadie puede dedicarse exclusivamente a ello ya que hay mucha competitividad y, al tiempo que investigas, debes presentarte a convocatorias, participar en otros proyectos de investigación... Mucha gente opina que este tipo de tesis no sirven para nada, pero en realidad muchos de los problemas actuales proceden de tergiversaciones y mentiras históricas.

–Dice que la sociedad no lo valora pero, ¿y el mundo laboral?

–Vivimos en una sociedad mediocre, con políticos y funcionarios mediocres. Es inconcebible que para opositar puntúe menos una tesis que, por ejemplo, un curso de gallego de unas cuantas horas.

–¿Qué tipo de documentos analiza en su tesis?

–Principalmente se trata de foros, contratos de larga duración por los que los monjes "arrendaban" (aforaban) durante un largo periodo de tiempo –hasta cinco generaciones o más– una serie de propiedades rústicas. Estos documentos tienen mucho interés para seguir el linaje de los nobles, para los estudios económicos, de carácter onomástico, poblacionales y paleográficos (evolución de la escritura). Si a los documentos les hacemos buenas preguntas, nos ofrencen grandes respuestas.

–Los monasterios gallegos deben de guardar muchos secretos

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–En Galicia hay muchos monasterios y cabildos repletos de riquísima documentación, casi toda inédita. Lo interesante sería que se publicasen para que los historiadores pudieran acceder a ellos sin problemas. Pero ahora hay muy poquito publicado porque no se consideran lo suficientemente interesantes cuando, en realidad, tienen una enorme rentabilidad y de eso hay que concienciar a las autoridades académicas.

–Galicia en la Edad Media, ¿poseía una identidad propia?

–A pesar de que en la Edad Media Galicia estuvo integrada en la Corona de Castilla, en realidad tenía unas peculiaridades que la diferenciaban mucho del resto de Castilla.

–¿Hablan gallego esos documentos?

–Hasta el siglo XIII están en latín y, a partir de ahí, en gallego, hasta fines del siglo XV. Por eso es mejor que sean estudiados por investigadores gallegos y también es fundamental que en las escuelas no se deje de estudiar latín o toda esta Historia quedará vedada para las próximas generaciones.