La investigación matemática depende en gran medida de trabajos anteriores, cuyo acceso se hace en las propias bibliotecas de las instituciones a través de la subscripción a revistas especializadas, lo que convierte el trabajo del matemático en una tarea de titanes, ya no sólo por la dispersión de la literatura científica en esta materia –hay más de 2.000 revistas matemáticas en todo el mundo–, sino por la cantidad de publicaciones, ya que cada año se editan 80.000 nuevos artículos.

Pero la búsqueda de referencias entre miles de papeles podría tener los días contados, ya que desde hace varios años, distintos países, entre ellos España, han comenzado a digitalizar la literatura matemática, iniciativa que ahora la Unión Europea quiere ampliar y universalizar con la Biblioteca Digital Europea de Matemáticas, un proyecto que espera que esté funcionando en tres años y en el que participa un equipo de investigadores del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Santiago dirigido por el vigués Enrique Macías Virgós, responsable científico de la Biblioteca Digital Española de Matemáticas (dml-e).

Esta biblioteca en internet permitirá al investigador acceder a la información que precisa con un simple click. "Ahora de lo que disponemos es de una base de datos bibliográficos que te da información, pero no el artículo completo, que tienes que solicitar y pagar a la revista", explica Marías.

Lo que pretende la Unión Europea con esta empresa es facilitar el trabajo a los matemáticos –según Macías un investigador dedica cerca de diez horas diarias a buscar bibliografía– y abaratar los costes de las investigaciones en este campo, ya que la suscripción a algunas de estas revistas supera los 3.000 euros. "Los derechos de autor en España, por ejemplo, se mantienen hasta 75 años después de la muerte del último autor vivo, lo que es exagerado", alega el matemático.

Pero para que la biblioteca digital sea una realidad sostenible es necesaria la implicación de las editoriales, y éste es uno de los objetivos del equipo gallego. "Si queremos que el proyecto funciones tenemos que conseguir que las revistas se comprometan no sólo a que se digitalice las publicaciones antiguas, sino a continuar aportando el nuevo material que publican", explica. En este sentido, la recomendación de la Unión Matemática Internacional es que los artículos puedan liberalizarse en cinco años, aunque la Unión Europea va más allá al plantear que los artículos sobre estudios financiados con fondos públicos sean de acceso público en seis meses.

Una vez alcanzado este compromiso, el siguiente paso será definir qué tipo de acceso tiene la biblioteca digital y en este sentido, la pretensión de la UE es que sea pública y gratuita para todos los investigadores.

Pero el equipo gallego participa en otros aspectos de este proyecto internacional, como es la constitución del comité científico mundial, que será el encargado de determinar qué artículos forman parte de la literatura científica y por tanto formarán parte del contenido de este portal, que deberá tener un software propio, capaz de hacer las búsquedas de términología en distintos idiomas y también de localizar las fórmulas matemáticas, otra importante herramienta de la investigación en esta ciencia.