Sencilla y discreta, la cantautora Joan Baez pasó estos dos días en la ciudad olívica como una turista más, disfrutando de la gastronomía, los paseos y la tregua que el tiempo, al parecer, dio a Galicia en su honor.

La cantante estadounidense llegó a Vigo el jueves por la mañana. Alojada en un hotel muy cerca del Teatro Caixanova, donde ayer ofreció el recital, dedicó la mayor parte del día a pasear por el Casco Vello y el Naútico y a descansar. "Le gusta mucho caminar y ha recorrido cada rincón de la zona céntrica de la ciudad", aseguran desde la productora del concierto.

Por la noche, ella y la mayor parte de su equipo –unas once personas– disfrutaron de una cena en el conocido restaurante "El Mosquito", donde probaron una gran variedad de mariscos como centollas, nécoras y cigalas, que "encantaron" a la estrella de la noche. También mostró un gran interés por probar los vinos de la zona y se decantó por el albariño.

A pesar de no destacar por una imagen llamativa, numerosos vigueses recococieron a Baez durante sus recorridos y le pidieron autógrafos, a lo que ella accedió con gran simpatía.

El viernes, la mañana comenzó para el equipo con una jornada de deporte ya que la mayor parte de los músicos y técnicos salieron para hacer footing por la zona. Baez, por su parte, optó de nuevo por pasear. "Estaban encantados con el tiempo, en comparación con el de Nueva York les parecía buenísimo e, incluso, se compraron gafas de sol".

La cantante aprovechó también la mañana de ayer para ir a la peluquería y eligió la de Mara Costas, en la Alameda. "Para mí ha sido muy bonito tenerla aquí porque soy una gran seguidora", confesaba la peluquera. "Me pareció mucho más guapa al natural que en fotos; con una piel preciosa y el pelo bien cuidado, y una persona muy dulce. Simplemente se lo cortamos un poquito y le dimos un aire más juvenil", explica Costas.

La cantante fue acompañada por su representante y durante todo el tiempo hablaron en inglés. Le explicaron, entre otras cosas, que esta peluquería trabajó mucho con grupos de rock en los años 60.

"Me pareció entender que después iban a ir a Asturias", comenta la peluquera. Así es. Ayer mismo, tras el concierto, partieron en un autobús hacia Gijón, donde mañana ofrece otro concierto. Eso sí, nada que ver con los autobuses de línea que todos conocemos. En estos transportes especiales para giras los artistas duermen casi como en su propia casa.

El resto de la jornada de ayer también la dedicó Baez a estudiar. La cantante quería deleitar a su público con una canción en gallego y dedicó bastante tiempo a preparlo y a aprender la pronunciación de las palabras.

Más tarde acudió al teatro a realizar las últimas pruebas de sonido antes del concierto y, a las 19.30, fue junto a su equipo a cenar, una "cena frugal" esencialmente vegetariana para no sentirse mal durante el recital.

"Es una persona muy normal, sin exigencias de ningún tipo, tan sólo les hemos puesto en el camerino las cosas habituales, sin nada especial", concluyen desde la productora.