Cristina Pato presentó ayer en Santiago su nuevo disco, "The Galician Connection", el primero en solitario desde 2001, un trabajo discográfico grabado entre Nueva York, Madrid, Galicia y Lisboa que la gaiteira y pianista ourensana sitúa a medio camino entre su formación académica clásica y su gran pasión, la música gallega. Según la artista, este disco es su trabajo más "íntimo y personal", en el que se ha reencontrado con otros músicos como Rosa Cedrón, Víctor Prieto Trío, Patrice Jegou, Javier Cedrón y su cuarteto de cuerda y Carlos Beceiro.

–-¿Cómo definiría "The Galician Connection"?

–Para mí es el primer disco de una nueva etapa. En este tiempo he conseguido encontrar mi propio lenguaje, que está entre mi carrera académica clásica y el folk.

–¿Y han resultado ser absolutamente compatibles?

–Mi gran alegría no es sólo haber podido romper las fronteras entre mi faceta de pianista y la de gaiteira, sino que he conseguido sumar mis preferencias musicales, como el pop, el jazz, la música clásica contemporánea... y crear con todo esto un lenguaje personal.

–¿Y en este disco también se puede escuchar a la Cristina Pato pianista?

–De los doce temas, en cinco toco el piano. Creo que es mi trabajo más sincero y personal porque muestra todas las partes de mí, con mis imperfecciones.

–¿Es entonces su trabajo más íntimo?

–Y más introspectivo y menos comercial, en el que he intentado encontrarme a mí misma.

–¿Cuándo decide iniciar esa búsqueda personal?

–Con 24 años me di cuenta de que daba 40 ó 50 conciertos al año y que esta fórmula más o menos me funcionaba, pero que no estaba creciendo artísticamente. Tenía una imagen de funcionaria de mí misma y quería encontrar lo que quería decir. Me ha llevado nueve años, pero creo que en mi caso ha merecido la pena.

–¿Tenía miedo de estancarse?

–Me daba pánico. Mi naturaleza es así: todo o nada, y me estaba dando cuenta de que me veía así toda la vida, así que me decidí a dar el paso y aprovechar una beca para hacer el doctorado de piano en Nueva York.

–¿Un cambio así, tan radical, no le asustó?

–Fue arriesgado, pero el riesgo en el fondo es el que me anima a seguir trabajando. Elegí irme en un buen momento profesional y era muy consciente de lo que hacía, y reconozco que como no tenía ningún tipo de expectativa, Nueva York fue toda una sorpresa para mí, aunque el primer año fue complicado. Es chocante pasar de un lugar donde todo el mundo te conoce a otro donde no eres nadie. Pero esa sensación de lo nuevo es lo que necesitaba en ese momento. Luego empecé a trabajar con músicos como Yo Yo Ma y Osvaldo Golijov, a tocar con Silk Road Ensemble... Y empecé a darme cuenta de que la música clásica y la tradicional eran dos mundos que podía unir; "The Galician Connection" es el primer experimento.

–¿Y cuánto hay de Nueva York en "The Galician Connection"?

–Muchas cosas. En Nueva York todo el mundo está para crecer y esto me obligó a volver a empezar de cero, pero lo que más ha influido en este disco es una cuestión de edad. No es lo mismo tener 18 que 29 años, ni tú ni tu experiencia son las mismas.

–Además lo produce...

–Después de once años como gaiteira solista aprendes mucho, pero producir el disco me ha hecho sentirme más libre y además me ha permitido controlar todo el proceso. Todo ha pasado por mí...

–El próximo mes se marcha a India. ¿Cuándo volverá a Galicia para actuar?

–Me marcho el 3 de marzo para actuar en Nueva Delhi, Calcuta y Patna como gaiteira invitada del Hum Ensemble que dirige el maestro de la tabla Sandeep Das. La gira por Galicia será entre junio y julio, y en agosto tengo conciertos en Estados Unidos.