Niños abandonados, víctimas de abusos sexuales o con alguna discapacidad son los principales perfiles de los menores colombianos que buscan una familia de acogida en Galicia. Ayer, la Fundación Balms expuso en una mesa redonda en Vigo las diferentes perspectivas de la adopción. Sandra Parra Torres, representante de la Entidad Colaboradora de Adopción Internacional, explicó las necesidades de estos niños y los trámites que deben seguir las familias para poder adoptar a uno de estos menores latinoamericanos.

"No es difícil adoptar un niño, sobre todo si se trata de menores en adopción especial", aseguró Sandra Parra. Esta situación, en la que se encuentran más de 8.000 menores, afecta a los niños de más de siete años, los grupos de hermanos (si uno de ellos tiene más de siete años o los supuestos en los que son tres) o menores con alguna discapacidad. En estos casos, los trámites se agilizan y en menos de un año la familia puede hacerse cargo del niño. "Cuando se trata de niños menores de siete a veces hay lista de espera porque estos no son un problema en Colombia", añadió.

Para Parra es importante concienciar a las parejas de que la adopción de niños de más de siete años no supone ningún problema si se utilizan las herramientas adecuadas para guiarlos. "Que un niño tenga diez años no significa que sea rebelde o que vaya a ocasionar problemas a los padres", señaló.

En cuanto a los menores con discapacidades, se debe tener en cuenta que algunas de ellas son recuperables. "En ocasiones un niño se ha quedado sin una mano, pero eso tiene solución con una prótesis. En cuanto a la discapacidad mental, todo va a depender del grado que este tenga", matizó.

Una media de nueve familias gallegas al año adoptan a menores colombianos. Los trámites que se deben cumplir garantizan la adaptación tanto del niño como de los padres. Así, después de un análisis se hace una preasignación y se envía la información a la familia, para que esta estudie la propuesta y viaje a Colombia en busca del menor si la acepta. "En muy contadas ocasiones el niño y los padres no se adaptan, pero una vez salgan del país con él, este ya es su hijo legítimo", explicó.

La mayor parte de las parejas que recurren a la adopción lo hacen después de haber agotado todos los medios para tener sus hijos biológicos. "Esta decisión no se puede tomar a la ligera y no se puede comprender como una sustitución", afirmó Sandra Parra. "Los mayores temores vienen cuando quieren conocer las costumbres y tradiciones colombianas, pero el tener un idioma afín facilita mucho las cosas", añadió.

Por otro lado, cuando el niño crezca va a apreciar con mayor precisión las diferencias de raza y color, por eso es recomendable hacerle saber que es adoptado. "Algunos padres quieren protegerlos y no se lo cuentan, pero lo mejor es que el niño conozca su origen", declaró.

En la mesa redonda también participaron Juan Gaisse, padre adoptante que expuso su propia experiencia, y Dolores González Chamadoira, técnica del equipo de adopción de Vigo, que habló sobre la experiencia de la adopción desde el punto de vista de la Administración. Antonio Heredero, presidente de la Fundación Balms, presentó el acto.