El arte y la pasión por la música le vienen de familia. Su abuelo era el cantaor Rafael Farina, su abuela bailaba y su madre también canta. En este ambiente lo "raro", como ella dice, sería no ser artista. Diez años después de la publicación de su primer disco, Gracias, Tamara acaba de presentar un nuevo trabajo, Amores. Este álbum, que contiene ritmos más latinos, mantiene las baladas y los boleros que la han hecho conocida y que le han valido para ganarse un público de todas las edades. Ayer visitó FARO y chateó también con los internautas. En verano comenzará su nueva gira, en la que no faltará la visita a Galicia.

–Se mantiene fiel a su estilo. ¿Qué diferencia a este disco de trabajos anteriores?

–Es un disco de canciones inéditas que se ha grabado íntegramente en Miami con Kike Santander. Los temas cuentan con ritmos latinos y pop, algo que no había experimentado en mis anteriores álbumes. Siempre he hecho canción melódica y boleros, pero esto nunca. Pero sigo siendo fiel a mi estilo.

–¿Le resulta fácil escapar de las nuevas tendencias y no dejarse influir por las modas?

–Siempre tuve muy clara la tendencia que quería seguir. Cuando yo empecé con 15 años lo que se llevaba era el pop y yo salí cantando boleros, y tanto el equipo como yo queremos mantener esta línea. La música es universal y no le encuentro edad. Me fui identificando con la canción melódica, la balada, y el bolero, quizá porque he nacido en la cuna del flamenco.

–Esas canciones requieren sensibilidad y sentimiento para transmitir. ¿Cómo lo conseguía una chica de 15 años?

–Con 15 años era lo que más chocaba, cantar de esa manera al desamor. Ni por asombro tenía experiencia en eso, de ahí lo impactante. Hoy por hoy tampoco he experimentando el desamor pero creo que es todo más intenso, se magnifica mucho más el amor perdido y te sientes más desesperada. Me cuesta menos cantar al desamor que al amor. Es mucho más profundo.

–Ha demostrado ser una persona muy madura.

–Desde pequeña me ha gustado observar y escuchar, por eso siempre parecía más mayor. Cuando empiezas tan joven vives en un mundo diferente y maduras a pasos muy grandes. De hecho, me pusieron una profesora particular e iba a hacer los exámenes trimestralmente al instituto porque mis compañeros estaban muy pendientes de lo que yo hacía. Después me enamoré y me casé, sino hubiera seguido. He pensado muchas veces en continuar, y todavía estoy a tiempo, pero ahora estoy más centrada en la música y la familia. Me hubiera gustado estudiar Psicología.

–¿Quizá por lo terapéutica que puede ser la música?

–La música es muy terapéutica y tanto puede excitarte como relajarte. Te permite expresar muchos sentimientos.

–¿Qué estado de ánimo hay que tener para escuchar sus canciones?

–Hay gente que se refugia en la música porque ha perdido a su amor, o porque está muy enamorado, depende de lo que uno quiera escuchar ese día. Hay gente que me ha dicho que estaba muy deprimida y escuchando mis canciones se animaba.

–Con solo 25 años ya ha vendido casi 2,5 millones de discos. ¿No le da vértigo el ritmo que lleva su carrera?

–No, he pasado por todo: de vender mucho a vender menos. En estos momentos la música no está en el lugar que le pertenece, como un espacio de ocio o cultural. Lo importante es mantenerse como artista, creer en tu sueño y trabajar por él. Hay muy buenos discos y muy buenos artistas, pero no se valora la cultura musical.

–¿La veremos de gira por Galicia?

–Estamos intentando cerrar una gira de invierno por teatros. A Galicia vengo todos los años, así que no faltaré a la cita. Es una tierra muy bonita y la gente es muy cariñosa y te recibe con los brazos abiertos.