Benedicto XVI proclamó ayer cinco nuevos santos, entre ellos los españoles Francisco Coll y Guitart y Rafael Arnáiz Barón y el belga Padre Damián, el apóstol de los leprosos, en una ceremonia en la que pidió luchar contra la lepra, que "desfigura a la humanidad", y servir a los leprosos.

"La figura del Padre Damián nos invita a abrir los ojos ante la lepra, que desfigura a nuestros hermanos y nos exhorta a ofrecerles no sólo nuestra generosidad sino también nuestra presencia", dijo el Papa ante unas 50.000 personas que siguieron la ceremonia en el interior y alrededores de la basílica de San Pedro.

El Papa Ratzinger pidió el apoyo para las personas que "con generosidad luchan contra la lepra" y abogó para que no les falte ese respaldo por "ignorancia o cobardía".

En una basílica de San Pedro, bellamente iluminada y que dejaba al descubierto todas sus obras de arte, Benedicto XVI ofició la séptima ceremonia de canonización de su pontificado, en la que proclamó también santos, a un arzobispo polaco y a una monja francesa.

En referencia a san Francisco Coll y a san Rafael Arnáiz, Benedicto XVI aseguró que "ambos hacen honor a la mejor tradición religiosa y a las profundas raíces cristianas de su pueblo". El Papa destacó así los "frutos de santidad" que ha dado España a lo largo de la Historia.

Francisco Coll y Guitart (1812-1875) fue un sacerdote de la Orden de los Frailes Predicadores (dominicos), misionero y fundador de la Congregación de las Dominicas de la Anunciación de la Beata Virgen María. Nació en Gombrén y falleció en Vic, ambas en la provincia de Gerona y fue beatificado por Juan Pablo II el 29 de abril de 1979.

Fray María Rafael Arnáiz Barón (1911-1938), religioso cisterciense, nació en Burgos y falleció en el monasterio de la Trapa de San Isidro de Dueñas (Palencia). Fue proclamado beato por el papa Juan Pablo II, "como modelo para todos los jóvenes del mundo", el 27 de septiembre de 1992.

De Coll y Guitart resaltó Benedicto XVI su actividad evangelizadora itinerante, siguiendo la forma de "misiones populares" y su labor para dar una educación integral a niños y jóvenes.

De Arnáiz Baron subrayó que falleció a los 27 años, que nunca estuvo apegado a los bienes materiales y a otras metas que la vida del mundo propone a veces con gran insistencia y dijo que es un ejemplo para aquellos jóvenes "que no se conforman con poco, sino que aspiran a la plena verdad, a las indecibles alegrías que se alcanzan por el amor a Dios".

Del Padre Damián, nombre con el que se conoce a José Damián de Veuster (1840-1889) y que fue beatificado por Juan Pablo II en 1994, destacó que "no sin miedo y repugnancia", marchó a la isla de Molokai al servicio de los leprosos, que estaban abandonados y se expuso a la enfermedad, de la que se contagió y murió.