El terremoto de 5,8 grados en la escala de Richter que sacudió ayer el sur de México apenas se notó, al menos no tanto como cabría esperar, en el ánimo de la gente, preocupada por la extensión del brote de gripe porcina, aunque el temblor de tierra desató el pánico en la capital mexicana y obligó a desalojar los edificios. Durante unos minutos, las calles volvieron a llenarse de personas, que, protegidas con máscaras, buscaban un lugar más seguro al aire libre tras la violenta sacudida.

Luis Piñeiro Gil, presidente del Centro Gallego de México, en México D.F., asociación que aglutina a 5.500 emigrantes gallegos, restaba ayer importancia al seísmo. “Nos hemos asustado un poco y la gente ha tenido que salir a buscar refugio fuera de los edificios, pero no ha sido nada comparado con la preocupación que hay por la gripe porcina”, comenta Piñeiro desde su casa en la capital del país azteca.

El presidente de este centro gallego asegura que no tiene conocimiento de que haya algún gallego entre los afectados por este virus, aunque en el centro, cerrado desde este fin de semana, permanece una persona para atender las llamadas de los gallegos que puedan estar preocupados por sus familiares en México y es que, según Piñeiro, sólo en México D. F. viven unos 18.500 gallegos. “Somos la colonia de emigrantes más importante después de la asturiana”, asevera.

Emigrante de Salceda

Según relata este emigrante natural de Salceda de Caselas, el brote de gripe porcina -que podría haber causado ya 149 muertes en el país centroamericano- ha paralizado prácticamente la nación. “Apenas hay actividad comercial, las tiendas están cerradas, por las calles no hay apenas gente, los niños no tienen escuela, se han cerrado centros deportivos y de ocio, y la mayoría de las oficinas del gobierno están cerradas. De hecho, no hay programadas actividades al menos hasta el 6 de mayo”, explica Piñeiro, que añade que, aunque la situación está “tranquila dentro de lo que cabe”, la alarma que vive la población es importante.

Una de las primeras recomendaciones que ha lanzado el Gobierno mexicano a la ciudadanía es que salga lo menos posible a la calle y que se proteja con mascarilla para evitar el contagio. “Aquí todo el mundo va con tapabocas y la gente anda pendiente de las noticias”, ratifica el presidente del Centro Gallego de México, que reside en México desde 1968.

Piñeiro confía en que se controle el brote de gripe aviar y que vaya remitiendo, aunque de momento, añade, sólo cabe esperar. “El Gobierno nos informa bien de la situación. Hace media hora el ministro de salud dio una rueda de prensa informando de lo que está sucediendo. Espero que la próxima semana tengamos mejores noticias porque la situación se vaya normalizando”, manifiesta Piñeiro.

Los gallegos menos asentados se plantean volver

El gallego Alberto Loredo, ingeniero de telecomunicaciones que trabaja en México desde hace un año, asegura que algunos de sus conocidos gallegos están “muy asustados” ante el brote de gripe porcina e incluso afirma que algunos de ellos se plantean regresar a Galicia. Opina que probablemente los emigrantes que ya están asentados en el país no se planteen abandonarlo, pero que aquellos que llevan poco tiempo sí es posible que decidan regresar a España ante esta situación.

En lo relativo a la situación que se vive en el país azteca, Loredo afirma que la situación “es más o menos normal”, pero que la actividad ha disminuido en las calles “y se ve mucha mascarilla”. “Hay menos actividad, y menos gente en la calle y en las zonas verdes”, apunta.