"La catástrofe de Chernóbil fue una tragedia nacional, cuya consecuencias se dejan sentir hasta el día de hoy", manifestó el presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, en un mensaje a la población con motivo de la efeméride.

El jefe del Estado resaltó que "los ucranianos estuvieron en las las primeras filas de aquellos que al precio de sus vidas y salud salvaron a Europa de un peligro mortal".

"Con profundo dolor recordamos a los héroes que se enfrentaron a las fuerzas desatadas del átomo y que se sacrificaron por nosotros y nuestros hijos", agregó.

A las 01.24 horas del 26 de abril de 1986 dos explosiones en el reactor número cuatro de la planta de Chernóbil marcaron un antes y un después en la historia del empleo pacífico de la energía atómica.

La central, cuya avería fue provocada por una cadena de errores humanos, técnicos y de construcción, arrojó a la atmósfera hasta 200 toneladas de material fisible con una radiactividad equivalente a entre 100 y 500 bombas atómicas como la que fue lanzada sobre Hiroshima.

Más de 600.000 bomberos, soldados, funcionarios y voluntarios soviéticos participaron en los trabajos para tapar el reactor destruido y contener la letal radiación, hazaña que a la postre les supondría a muchos la muerte o la invalidez de por vida.

Según cálculos de expertos ucranianos, la avería de Chernóbil se ha cobrado más de 100.000 vidas en Ucrania, Rusia y Bielorrusia -los otros dos países más afectados por el desastre-, cifra que organizaciones ecologistas, como Greenpeace, elevan hasta 200.000.