El placer de pasar las hojas y el olor de la novela antes de abrirla frente a la pantalla plana y múltiples posibilidades de lectura. Muerte del libro impreso, anuncian los apocalípticos. Fracaso del libro electrónico, apuntan los defensores del libro en papel. ¿Qué diría Gutemberg? Los profesionales gallegos, por su parte, tienen bastante claro que en esta batalla no habrá un sólo ganador. Hoy, fiesta mundial del Libro, editores y libreros apuestan por que ambas opciones convivirán durante mucho tiempo y que los libros en papel nunca desaparecerán.

La Feria del Libro de Frankfurt auguraba hace diez años la muerte casi inmediata del libro en papel. El tiempo les ha quitado la razón y, aún hoy, la generalización del libro electrónico es una quimera. Ni siquiera están claros los límites del significado del libro electrónico. Por e-book se entiende tanto a las obras legibles en pantalla como al dispositivo dedicado a la lectura.

Según una encuesta presentada ayer, un 52% de los internautas estaría interesado en adquirir un dispositivo lector de e-book, pero sólo a un precio (71 euros de media) muy inferior a los del mercado, unos 350 euros de media. Por el momento, en España no hay una distribución masiva; pueden encontrarse en algunas grandes superficies, aunque la vía más usual de compra es internet. Sin embargo, en nuestro país no tienen aún mucha demanda ya que no podemos disponer de obras para el aparato (la plataforma e-leer no llega a los 500 títulos).

De todas las maneras, tampoco hay que cruzarse de brazos ya que, tal y como defiende el editor de Xerais, Manuel Bragado, “la revolución digital ha llegado al mundo del libro y es imparable”.

Bragado prefiere hablar “más que del futuro, de los futuros del libro; ya que esta década vamos a asistir a la coexistencia de los distintos soportes de lectura”, augura. “Es muy difícil aventurar cuál va a ser el futuro, pero Galicia no puede quedar fuera de este reto”, lanza.

“Organizar el negocio” es, en opinión de este profesional, la prioridad. Y uno de los problemas que más preocupan a los editores es el control de los derechos de autor. Los conflictos comienzan a aflorar en Europa. Ayer mismo, cerca de 1.300 personalidades alemanas del mundo de la cultura y las ciencias firmaron el Manifiesto de Heidelberg contra Google por violar los derechos de la propiedad intelectual y reclaman a los políticos todo su apoyo.

Víctor Freixanes, director de la editorial Galaxia, coincide con su colega de Xerais en que “los editores nos tenemos que unir en vistas a las futuras plataformas de distribución del libro electrónico”. No apoyan por ello iniciativas como las de la editora Carmen Balcells “Palabras maiores”, una colección de libros electrónicos de algunos de los autores que gestiona su agencia.

El tema está candente. El sábado comenzó en Buenos Aires el II Congreso Iberoamericano del Librero. La Asociación Galega de Editores estuvo allí y el editor de Galaxia, Víctor F. Freixanes, habló sobre “O futuro do libro”. Para Freixanes “es importante que los editores y los libreros vean las nuevas tecnologías como una oportunidad”. Resalta los buenos resultados que está teniendo el acuerdo que firmaron con Google y propone centrar los esfuerzos en “conseguir que se cree una normativa segura para poder estar en la red con todas las garantías para la propiedad intelectual”. La revolución sin papel, de todos modos, asegura que está lejos. “Es bastante significativo que en un congreso como este no se vea ni un libro electrónico circulando”, opina.

Alfonso García Sanmartín, presidente de la Asociación, confiesa la “inquietud” latente del colectivo. Las ventas de libros en papel cayeron alrededor de un 5 por ciento en 2008 aunque advierte que “se debe a la situación de crisis económica más que a la competencia digital”. “El libro de papel va a seguir vivo; el reto es ver cómo adaptamos nuestra mentalidad a la convivencia con el electrónico”.

El libro electrónico en el ámbito universitario, sin embargo, avanza a un ritmo mucho más rápido. En Galicia, los alumnos de las tres universidades ya están familiarizados con este sistema gracias al libre acceso que tienen a la llamada Netlibrary, que les brinda el consorcio de bibliotecas universitarias de Galicia (Bugalicia). Esta librería virtual ofrece a alumnos e investigadores unas 20.500 revistas electrónicas y más de 4.000 e-books. Como explica la directora del consorcio, Victoria Millor, “esta plataforma facilita hacer búsquedas de contenidos, elaborar listas de favoritos, agregar notas y consultar diccionarios”. Sin embargo, Millor admite que “aún falta bastante tiempo para que cuaje definitivamente esta forma de trabajo”. Las consultas durante el año 2008 en las tres universidades fueron 1.876.