La candidatura de Merino (A Coruña, 1941), que ocupará en la Academia la vacante de Claudio Guillén (sillón "m"), fue presentada por Mateo Díez, Arturo Pérez-Reverte y Álvaro Pombo.

El escritor, que, según le dijo hace unos días a Efe, espera poder aportar a los trabajos de la RAE "la visión diferente del lenguaje" que tienen los narradores y esa "resonancia poética" que saben encontrar en las palabras, nunca se planteó el ser académico como una meta, pero lo considera "una culminación" de su trayectoria.

Autor de una amplia obra en la que tienen presencia temas como lo fantástico, la identidad, la infancia, la memoria, el mito o el sueño, Merino ha merecido importantes premios a lo largo de su carrera.

Entre ellos figuran el Nacional de la Crítica 1986 por "La orilla oscura", el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 1993 por "Los trenes del verano", el Miguel Delibes 1996 por "Las visiones de Lucrecia", el Torrente Ballester 2007 por "Un lugar sin culpas", y el último, el Castilla y León de las Letras, que recogerá el próximo miércoles.

Coruñés de nacimiento, Merino se considera leonés de adopción porque vivió su infancia y adolescencia en León. Se licenció en Derecho en Madrid y trabajó como funcionario en el Ministerio de Educación.

Durante años colaboró con la UNESCO en proyectos relacionados con Hispanoamérica, y de esa época arranca su interés por América, que ha trasladado con frecuencia a su obra.

A Merino le gusta cambiar de registro con frecuencia y ha publicado en casi todos los géneros, pero donde se mueve con más comodidad es en la novela y el cuento. También practica el minicuento o el "nanocuento", una modalidad a la que llegó "casi como en un juego" y cuya gracia está sobre todo "en la extrema condensación", le dijo a Efe.

Su carrera literaria comenzó con la poesía, con la publicación de "Sitio de Tarifa" (1972), pero, como él ha contado en alguna ocasión, este género le abandonó pronto y "nunca más" volvió a practicarlo.

El nuevo académico debutó en la narrativa con "Novela de Andrés Choz" (1976, Premio Novelas y Cuentos) y luego publicó títulos como "El caldero de oro" y la ya mencionada "La orilla oscura". "El oro de los sueños", "La tierra del tiempo perdido" y "Las lágrimas del sol" componen su trilogía dedicada a América.

Director del Centro de las Letras Españolas de 1986 a 1989, es autor también de "El viajero perdido", "El centro del aire", "Las crónicas mestizas" y de "Cuatro nocturnos", que quedó finalista en el Premio Nacional de Narrativa de 2000.

Maestro del cuento, ha publicado "Cuentos del barrio del refugio", "Cuentos del reino secreto" y "El viaje perdido". En el 98 publicó "Intramuros", sus memorias noveladas.

Ha merecido también premios como el NH al mejor libro de relatos con "Días imaginarios" y el Salambó de narrativa con su libro de microrrelatos "La glorieta de los fugitivos".

Su última novela, "La sima", acaba de llegar a las librerías y en ella reflexiona el autor sobre "la manía fratricida" y "la tendencia a la confrontación" que tienen los españoles.