Un padre de Elche tendrá que garantizar que su hijo de 10 años acude a las procesiones de Semana Santa. Ésta es la decisión de la juez de Familia de la localidad alicantina, Sandra Peinado, después de que la madre del pequeño solicitara que su progenitor, del que está divorciado, permitiera que el niño continuara con su tradición de ocupar el puesto de nazareno en la Cofradía de la Negación de San Pedro.

Pese a que el primer periodo vacacional de Semana Santa de este año le corresponde al padre, éste está obligado a asegurar que su hijo no falta a su cita en el Paso del Gallo. No obstante, su progenitor no está obligado a asistir a la procesión, sólo a garantizar que el pequeño participe. Para ello, podrá ponerlo a disposición de la madre durante ese tiempo o bien de cualquier otro adulto que decidan.

La decisión del Juzgado de Familia se tomó sin tener en cuenta la opinión del padre, dado el poco margen de tiempo que existía entre la solicitud de la madre y las actividades en las que el pequeño tenía comprometida su asistencia.

Los jueces no realizarán una fiscalización efectiva de que se cumple esta obligación, salvo que la madre lo denuncie. En caso de incumplimiento, es poco probable que los jueces persigan al padre por un delito de desobediencia, dada la escasa relevancia penal que tendrían los hechos.