Tener sueños y alcanzarlos es bueno, aunque éstos no deben de hacer que la persona pierda su esencia ni la confianza en sí misma. Éste es el mensaje que “Soños de algodón” (Nova Galicia Edicións) quiere transmitir a los niños. Su autora, Amalia Pérez (Vigo, 1974), especialista en Pedagogía Terapéutica en el IES Álvaro Cunqueiro, advierte a los más pequeños de que alcanzar grandes metas no siempre da la felicidad.

-Éste es un cuento sobre sueños, inquietudes y miedos, ¿cuál es el mensaje que quiere transmitir?

-Que hay que tener sueños y luchar por alcanzarlos, pero no obsesionarse hasta el punto de dejar de ser uno mismo, que todo tiene su parte buena y su parte mala, y que hay que aceptarse a sí mismo. Al niño hay que decirle lo que hace bien para que se sienta a gusto consigo mismo.

-Pero vivimos en una sociedad cada vez más competitiva...

-Se crean unas expectativas alrededor de la persona para que sea el mejor, el más guapo, el más listo..., pero para ser feliz hay que valorarse a uno mismo porque todos somos únicos como seres humanos.

-¿Y qué aportan las historias en este sentido?

-Los libros te lo dan todo. Para tener una conversación con cualquiera hay que tener un bagaje y éste no te lo da tanto el ser el mejor estudiante como el tener cultura. Un cuento es sobre todo un momento de encuentro con la imaginación y la diversión, y luego puedes aprender con ellos. Por eso hay que dedicar a la lectura el mismo tiempo que a otras actividades, como ver la televisión, por ejemplo.

-En esto la familia es fundamental. De padres lectores, hijos lectores...

-Sin duda el niño se implica más si te ve leer, si le lees cuentos... Las ilustraciones de “Soños de algodón” son de mi hija Alba, de seis años, aunque cuando las hizo tenía cinco. Ella hizo todos los fondos y me ayudó a recortar los elementos. Quiso ayudarme cuando me vio. Así que lo hicimos juntas.