Demandar ayuda mediante una súplica vehemente. Así define el diccionario de la Real Academia "invocar" y eso es justamente lo que hizo ayer la presidenta del Parlamento autonómico, Dolores Villarino, quien pidió la colaboración del Apóstol Santiago "en estos momentos de crisis e incertidumbre" para que el Gobierno sepa "tomar las mejores decisiones en favor de los gallegos y gallegas".

Villarino, que ejerció como delegada de su Majestad el Rey durante la conmemoración del traslado de los restos de Santiago a Galicia festejado ayer en la catedral compostelana, reivindió el "necesario" "consenso" y la únión" para lograr "afrontar y superar el actual período de debilitamiento de nuestra economía".

También el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, autor de la homilía de la misa de la ofrenda nacional, apeló al buen oficio del santo homenajeado para que los "acreedores de una responsabilidad política, social y cultural afronten con audacia y creatividad los problemas de las personas en paro y de las familias que se ven afectadas por la crisis".

Asimismo, ambos coincidieron en abogar por la convivencia. Villarino pidió al Apóstol Santiago que la sociedad sea capaz de "profundizar en aquello que nos une, que nos identifica, que nos define como pueblo". Al respecto, mencionó explícitamente "nuestra lengua, nuestra cultura y nuestras costumbres", que, destacó "nunca fueron motivo de confrontación". En su discurso se repetirían, con el mismo sentido, los adjetivos "integradora" e "incluyente" para aludir a dicha convivencia.

El arzobispo señaló que en ser "cristianos por la fe y la esperanza", pero también la "paciencia", "tenemos los mimbres con los que tenemos que tejer, como dijo la delegada regia, esa convivencia que todos deseamos más justa, más humana y más cristiana"

El fin de la violencia fue otro de los anhelos expresado por los dos ponentes. La presidenta de la Cámara gallega recordó primero a los palestinos, y no por casualidad, sino porque fue precisamente de un puerto de esa tierra, Jaffa, de donde dice la leyenda que partieron los restos del santo bajo cuya advocación se encuentra la comunidad gallega.

Villarino lamentó que "desafortunadamente" Palestina "sufre la intolerancia entre iguales, la injusticia y la barbarie terrorista". Hablando de otro tipo de violencia, la parlamentaria rechazó "especialmente la que se ejerce sobre los más débiles" y puso como ejemplo a las 70 mujeres fallecidas este año "víctimas del más execrable de los crímenes".

El responsable de la archidiócesis de Santiago -quien advirtió en su homilía del "proceso de neopaganismo que estamos viviendo"- solicitó al Apóstol su colaboración en la lucha "contra la cultura de la violencia y de la muerte" y construir, en su lugar, "la solidaridad, el progreso y la paz entre los hombres y los pueblos con los principios de fraternidad y solidaridad, de austeridad y generosidad".

Antes del acto en la basílica, donde, como es tradicional, el botafumeiro congregó a un gran número de espectadores y peregrinos, Villarino pasó revista a las tropas en el Obradoiro en un acto al que acudieron, entre otros, el delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras, los conselleiros de Sanidade, María José Rubio, y el de Presidencia, José Luis Méndez Romeu, y la mayor parte de la corporación compostelana.