El célebre dramaturgo británico y eterno rebelde Harold Pinter, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005, ha muerto en Londres a la edad de 78 años tras perder una larga batalla contra el cáncer.

La voz de Pinter, uno de los escritores del Reino Unido más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, se apagó para siempre el miércoles en Nochebuena, según informó ayer su segunda esposa, la también escritora Antonia Fraser.

"Él fue un grande", dijo Fraser en una breve declaración, al subrayar que supuso "un privilegio vivir con él durante 33 años" y que "nunca será olvidado".

La enfermedad ya impidió a Pinter -famoso también por su compromiso político de izquierdas y su pluma contestataria- acudir este mes a recoger el título de doctor "honoris causa" en la Central School of Speech and Drama de la Universidad de Londres.

Tras conocerse el fallecimiento del polifacético artista, que se describía a sí mismo como "dramaturgo, director, actor, poeta y activista político", el mundo de la cultura británica lloró su pérdida, al tiempo que elogió su talento y méritos profesionales.

"Fue una figura única en el teatro británico. Dominó la escena teatral desde los años cincuenta (de la pasada centuria)", afirmó Alan Yentob, director creativo de la cadena pública BBC. En opinión de Tim Walker, crítico del diario "Sunday Telegraph", el difunto "aportó realismo" al arte escénico mediante obras "con prolongados silencios, en las que los personajes no siempre iban a algún sitio, como en la propia vida real".

Por su parte, el amigo y biógrafo del difunto, Michael Billington, se declaró "devastado" por la muerte del autor, a quien describió como un "luchador" en el terreno artístico y político.

Una larga carrera

Tras publicar en 1957 su primera obra, "La habitación", Pinter inició una carrera en la que escribió 29 piezas teatrales, más de 20 guiones de cine, infinidad de trabajos radiofónicos y televisivos, poesía, ensayos, una novela y relatos cortos de ficción.

Algunos títulos inolvidables de Pinter, perteneciente a la generación de los llamados "Jóvenes Airados" británicos de los años sesenta, son "La Fiesta de Cumpleaños", "The Caretaker" ("El guardián") o "Retorno al hogar".

Su peculiar estilo, lleno de silencios en dramas marcados por un lenguaje ambiguo y cómico por momentos, pero que genera un ambiente de amenaza y alienación, se acuñó como pinteresco.