Knut, el oso polar más mediático del mundo, vivió hoy el lado oscuro de la fama, al recibir la visita intempestiva de un fan que se saltó todas las verjas de seguridad e irrumpió en su guarida particular del zoológico de Berlín.

Según informó la policía, el incidente no fue a mayores porque los cuidadores del oso pudieron distraerlo con una pata de ternera, que afortunadamente le resultó más apetecible que la carne humana.

El autor del incidente, un hombre de 37 años procedente de la ciudad de Cottbus, explicó después de lo ocurrido que había decidido entrar en el recinto del oso porque tenía la sensación de que el animal se sentía solo y triste.

El suceso se produjo en presencia de varias personas que habían intentado en vano disuadirle de sus intenciones y al que sólo la policía logró sacar de la zona de peligro.

Knut, quien el pasado 5 de diciembre cumplió dos años y que ya pesa 200 kilos, se hizo famoso por ser uno de los pocos ejemplares en Alemania que han podido ser criados con biberón.

El segundo cumpleaños de Knut estuvo marcado por la ausencia de Thomas Dörflein, su ex cuidador y fiel amigo que se ganó el corazón de millones de berlineses en su papel de "padre adoptivo".

Dörflein, que murió hace apenas dos meses tras sufrir un paro cardíaco, amamantó con biberón y cuidó al oso polar en sus primeros meses de vida después de que éste hubiera sido repudiado por su madre.

El oso nunca ha entrado en contacto con congéneres, ya que desde que fue separado de sus padres no ha habido en el zoológico de Berlín un osezno de su edad con el que pudiera compartir destino.

Ahora, el público berlinés espera con preocupación qué decisión tomará el zoo en los próximos meses sobre el futuro de su plantígrado predilecto.

En principio, el oso no puede quedarse en Berlín porque el parque ya cuenta con dos familias de plantígrados -sus padres y una de osos pardos- y no sufragará la construcción de un tercer recinto, cuyo coste asciende a unos 9 millones de euros (11,3 millones de dólares).

Sin embargo, los responsables del zoo berlinés han anunciado que seguirán peleando por que el oso se quede entre ellos, para lo cual tendrán que llegar a un acuerdo con el zoológico de Neumünster (norte del país), propietario de los derechos del padre de Knut y, por consiguiente, de él mismo.