Todo comenzó cuando Cristián Jara recibió una llamada telefónica de su abuela, quien había sido asesora del hogar en el fundo (hacienda) "Calleuque", de Los Ángeles, a 500 kilómetros al sur de Santiago, y le pidió que viajara hasta la VIII Región, porque tenía algo que decirle, señala hoy el diario La Tercera.

Su revelación fue que su padre biológico era el connotado agricultor de la zona, Rodolfo Pinochet Ríos, quien había muerto soltero y sin hijos reconocidos, dejando una herencia estimada en 2.000 millones de pesos (mas de 3 millones de dólares).

Pinochet Ríos se suicidó de un tiro en el estómago y otro en la cabeza, en enero de 2004.

Tras escuchar a su abuela, Jara le pidió explicaciones a su madre, Elena Oliva Castillo, quien le confirmó la historia. Ella quedó embarazada en la hacienda (fundo), durante una temporada en que vivió allí.

En octubre de 2005, Jara decidió demandar a la sucesión compuesta por los hermanos del agricultor y los hijos de éstos, quienes tenían control sobre todos los bienes. El fundo ya había sido vendido a una empresa forestal.

En ese contexto, Jara solicitó al juez un examen de paternidad y afortunadamente, un perito del Servicio Médico Legal de la zona advirtió al juez que al momento de hacer la autopsia del suicida, se guardó una muestra de su sangre.

Con esto se hizo el examen, que arrojó un 99,9 por ciento de certeza de que Cristián era hijo del agricultor. Tras esto, su abogado Rodrigo Lillo interpuso una demanda de petición de herencia contra los 11 herederos existentes hasta ahora.

Aunque no llegó a conocerlo, Cristián Jara dice sentir pesar por la trágica muerte de su padre.

"Siempre ellos (los familiares) supieron que Rodolfo tenía un hijo, pero nunca lo quisieron reconocer. Hasta el día de hoy no quieren reconocer mi situación, a pesar de los exámenes de ADN", añade.

El diario se comunicó con familiares de Rodolfo Pinochet, pero declinaron comentar la situación legal planteada por las acciones interpuestas por Cristián Jara.

En Chile, hasta la promulgación de la Ley de Filiación, en 1998 y su corrección el 2001, era imposible determinar judicialmente la paternidad mediante la realización de exámenes de ADN, si había oposición de alguna de las partes.