El hotel, situado en el centro de Sevilla y con casi ocho años de antigüedad, tiene 19 habitaciones y una sala de ensayo, y toda la decoración está dedicada a la música clásica.

En un inmueble antiguo restaurado y con vistas a la Giralda desde la azotea, los clientes se encuentran al entrar un piano de cola, un arpa y un chelo, así como una pequeña pantalla de televisión en la que se muestran conciertos de música clásica con un suave volumen de ambiente.

Las llaves de las habitaciones son de instrumentos musicales o de una clave de sol, el perchero es una partitura y todas las habitaciones tienen nombres de músicos famosos, como Beethoven, Mozart, Falla o María Callas.

En un pequeño salón de la planta baja donde desayunan los clientes hay violines en armarios e incluso en uno de los portales de Belén cobra protagonismo un ángel con un instrumento de cuerda.

La gerente del hotel, María Luisa Guerrero, ha explicado a Efe que se decidió a montar este negocio hostelero porque, como "amante de la música", se dio cuenta de la dificultad que tenían personas que están de paso por la ciudad para tocar instrumentos como el piano.

Por eso decidió restaurar un inmueble del centro de la ciudad y adaptarlo para que los músicos que visitaran Sevilla pudieran dar rienda suelta a su afición sin molestar a otros clientes, para lo que insonorizó algunas habitaciones en las que hay pianos u otros instrumentos.

Con un público en su mayoría extranjero, y sobre todo norteamericano, el hotel, con una ocupación por encima del 90 por ciento, recibió un impulso decisivo cuando el Ayuntamiento de Sevilla le dio un premio a la mejor iniciativa empresarial, recuerda la gerente, que no quiere dar nombres de clientes ilustres que se han alojado en el establecimiento por preservar su intimidad.

Sólo reconoce que numerosas personas relacionadas con el Teatro de la Maestranza de Sevilla, que tiene una temporada habitual de ópera, han dormido en algunas de sus habitaciones y han tocado horas y horas en el piano de cola de la entrada.

La disponibilidad de los instrumentos ha provocado que al hotel acudan músicos y estudiantes que no están alojados en el establecimiento pero que necesitan practicar, a los que también se les facilita que toquen "en la medida de nuestras posibilidades", según la gerente.

Madre de cinco hijos, la gerente no puede ocultar su satisfacción por el "éxito" de la iniciativa que tuvo hace más de una década y que se plasmó hace casi ocho años en el hotel, y muestra orgullosa el libro de firmas, en el que los textos son de halago y complacencia.

El hotel, de dos estrellas porque no pueden incluir más ascensores ni otra salida accesoria, da trabajo a 17 personas, entre ellas las dedicadas a la lavandería propia del local, cuyas habitaciones tienen cada día sábanas nuevas aunque el cliente repita dos noches, subraya la gerente.

Con precios entre 80 y 140 euros la noche, el hotel "Amadeus" tiene el "privilegio" de haber recibido la atención de numerosas guías turísticas especializadas de varios países, resalta la gerente.