Las guitarras se compraban en los bazares junto a la vajilla y otros materiales al estilo de cualquier chino actual. Los conciertos no eran de noche, sino de mañana y ser ye-yé estaba de moda pero tenía sus peligros, sobre todo, ante la familia. "Muchos se vestían de ye-yé (zapatos puntiagudos, pantalón pintillo, corbata y pelo largo) al salir de casa", recuerda uno de los cronistas de la época ye-yé de Vigo Fernando Ferreira, quien tampoco olvida como el grupo Sin nombre se deshizo tras ganar un premio que le daba derecho a grabar un disco. "Decidieron romper la banda. Grabar un disco suponía ir a Madrid y los padres de algunos ni siquiera sabían que tenían un grupo", añade.

Este escritor, así como el periodista Manu Orío; el productor Segundo Gradío y el responsable de Estrella Galicia Santiago Miguélez rememoraron ayer los tiempos dorados de la música beat en la ciudad olívica durante la presentación del CD y DVD Vigo ye-yé que se entregará con FARO mañana por el precio de 9,95 euros.

Manuel Orío destacó la importancia histórica del disco (que ha reunido a los integrantes de las antiguas bandas para grabar este año los temas y recuerdos de aquella época).

Como añadido, "parte del dinero de la venta se destinará a la asociación Amencer, Asociación de padres de niños con parálisis cerebral", agregó Orío quien resaltó la importancia de la colaboración económica de la Diputación de Pontevedra para hacer realidad el sueño de que los grupos ye-yé entrasen en el estudio para recuperar los sonidos de la época.

Segundo Grandío, productor de Casa de Tolos, donde se grabó Vigo ye-yé recordó que "al principio era escéptico respecto al CD con toda esta gente que llevaba 30 años sin cantar. Sin embargo, me sorprendió cuando empezaron a grabar. Entraron en el local de ensayo con la misma ilusión que tienen los chavales de 18 años pero con la diferencia que los ye-yé tienen más madurez musical".

La grabación se llevó a cabo guardando elementos del pasado. "Quisimos mantener -explicó- la estética de los años 60 con los medios de hoy. Así, pusimos los coros y la batería a un lado. En aquella época, apareció el estéreo entonces se disponían en distintos lados para crear sonidos y ambientes, con aberraciones muy potentes que hoy en día pueden ser muy modernas, de manera que sólo se escuche la guitarra por un altavoz y la batería por otro".

Por su parte, Fernando Ferreira, presentó por la tarde su libro Crónicas de un Vigo ye-yé que recorre la historia de 95 grupos de Vigo del año 1958 al 1975, entre los que destacan también las bandas compuestas por las chicas más guerreras de los 60.