El hombre que clandestinamente delató al presidente estadounidense Richard Nixon en el escándalo de Watergate, cuya identidad se escondía hasta hace tres años detrás del apodo "Garganta Profunda" y quien resultó ser el entonces subdirector del FBI, Mark Felt, falleció ayer a los 95 años. Su muerte, en un centro de salud cerca de su casa en Santa Rosa, California, fue confirmada por su hija, Joan Felt, y su nieto, Nick Jones, a varios medios estadounidenses, incluido el The Washington Post.

Fue este diario el que publicó, en 1972 y 1973, las filtraciones de "Garganta Profunda" al entonces reportero novato Bob Woodward, quien, con su colaborador Carl Bernstein, destapaba el escándalo de del allanamiento de unas oficinas en Washington del Partido Demócrata durante la campaña electoral de 1972.

Las primicias que The Washington Post, gracia a Felt, iba publicando un día sí y otro también impulsaron el escándalo que provocó la dimisión de Richard Nixon, que llegarían en 1974, en un hecho sin precedentes en el país.

Irónicamente el propio Felt fue condenado, en 1980 -tras un juicio en el que Nixon, pese a haber sido traicionado por su ex subdirector del FBI, dio testimonio en su defensa- por haber autorizado nueve allanamientos de morada contra miembros del grupo terrorista Weather Underground y sus familiares y allegados.

Unos meses más tarde, Felt fue indultado por el presidente Ronald Reagan. La identidad de "Garganta Profunda" fue conocida sólo por Woodward, quien había prometido a Felt que no revelarían el secreto hasta después de la muerte de éste. Sin embargo, el propio Felt, a instancias de su hija Joan, se identificó como "Garganta Profunda" en 2005, a propósito de una entrevista de la revista Vanity Fair.

De esta forma, se puso fin a un misterio que duró más de tres décadas y que sorprendió a los propios periodistas encargados de la investigación, Bob Woodward y Carl Bernstein. Los tres se reunieron el mes pasado en Santa Rosa, en una especie de un encuentro familiar.