El diario "Corriere della Sera" informa hoy de que el caviar de contrabando, procedente de Varsovia, fue encontrado a finales de Noviembre, en el frigorífico de una casa de Milán.

"Los análisis han confirmado que el caviar era perfectamente comestible, pero que no habría podido ser conservado durante mucho tiempo, por lo que hemos pensado en hacer un regalo de Navidad a quien no puede permitirse el caviar", declaró al periódico Juri Mantegazza, inspector de la Policía italiana, al que se le ocurrió la altruista idea.

"Todo lo que es regalado es bien aceptado, aunque la mayor parte de nuestros huéspedes no saben siquiera qué son esas pequeñas bolitas negras", comenta Virginio Colmegna, responsable del albergue la "Casa della Carità" de Milán, al periódico.

"Digamos, de todos modos, gracias sin hacer mucho énfasis en lo sucedido -añade. Basta recordar que los pobres tienen necesidad de derechos y de dignidad, más que de ningún tipo de lujo".

El presidente de la ONG Caritas en Milán, Roberto Davanzo, incide en que lo importante es que estas iniciativas "no se conviertan en una especie de anuncio o en algo con lo que pretendamos lavarnos la conciencia".

"No podemos fantasear con que hemos resuelto (el problema de) la pobreza", apunta Davanzo, porque, recuerda, "hace falta un compromiso que abarque los 365 días del año".