Navidad, la época del año "más propicia para compartir", según Agea, es también el momento esperado por las organizaciones humanitarias para, con mayor intensidad, apelar a la solidaridad de la gente y recaudar fondos con los que financiar sus proyectos.

Campañas en televisión y prensa, envío masivo de cartas, maratones solidarios, actos festivos... son algunas de las muchas iniciativas que, un año más por estas fechas, han puesto en marcha las ONG para ampliar una base social fiel, comprometida y amplia, y convencer de que en tiempos de crisis es todavía, si cabe, más necesaria la solidaridad con los que sufren exclusión social y económica.

"Para muchas organizaciones, la campaña de Navidad puede suponer más del cuarenta por ciento de su presupuesto anual", apunta Ignasi Carreras, profesor de la escuela de negocios ESADE y director de su Instituto de Innovación Social.

De ahí que este año, tras sentir ya después del verano los primeros síntomas de una crisis que ni distingue ni excluye, muchas organizaciones humanitarias vivan la Navidad con temor y expectantes ante unos resultados que no se conocerán hasta comienzos de 2009.

Una Navidad que llega a España con casi tres millones de parados y una tasa de pobreza que Cáritas sitúa en el 19,7% de la población, unos ocho millones y medio de personas, de las cuales un millón y medio viven una pobreza extrema. "En medio millón de hogares -recuerda Silverio Agea- las condiciones son de pobreza extrema y exclusión severa".

"En época de crisis se multiplica el trabajo para las ONG", afirma, en declaraciones a EFE, el profesor Carreras, quien asegura que ya en las Navidades de 2007 comenzaron a intuirse las dificultades. "Atrás quedaron crecimientos superiores al quince por ciento de años anteriores", dice.

MOMENTO DELICADO

El momento es, pues, "delicado" para las organizaciones humanitarias, según Carreras, aunque también una excelente ocasión "para evaluar, medir y ahondar en el verdadero valor de la solidaridad, para trascender el nominalismo, las buenas palabras, la solidaridad de diseño y de festivales musicales".

"Hemos empezado a notar la crisis en los últimos meses", reconoce Paloma Escudero, directora ejecutiva de Unicef España. Sus 180.000 socios y donantes son su principal activo. "A pesar de las dificultades, siguen ayudándonos económicamente. Pero la venta de tarjetas de Navidad, nuestro buque insignia, se está resintiendo, aproximadamente un veinte por ciento menos".

De ahí que, tras un "otoño complicado", esta ONG se muestre "extremadamente conservadora" en sus previsiones para 2009, y que haya intensificado el trabajo para captar fondos de particulares y empresas. "Nuestra principal preocupación -destaca Paloma Escudero- es tener que cancelar algún proyecto por falta de financiación. Los básicos (vacunas, nutrición, agua,...) seguirán teniéndola".

"Lo primero que hicimos después del verano, tras notar las primeras consecuencias de la crisis, fue garantizar el dinero necesario para los proyectos en marcha. La gente tiene que saber -insiste Escudero- que son reales y que su desarrollo depende de su aportación económica. El gota a gota es lo que convierte en realidad un proyecto".

ENCONTRAR NUEVOS SOCIOS, MÁS DIFÍCIL

En la Coordinadora de ONG han notado que el esfuerzo para encontrar nuevos socios es mayor ahora, pero confían en la fidelidad del millón y medio largo de colaboradores que suman las aproximadamente cuatrocientas organizaciones que la integran.

"Nuestra base social está bastante consolidada. Es difícil que se reduzca", comenta Pilar Orenes, vicepresidenta de su Junta de Gobierno.

Los esfuerzos de la Coordinadora se centrarán en recordar a las Administraciones públicas, y a muchas empresas, su compromiso con la cooperación, "que es necesario reforzar" en momentos como los actuales, según Pilar Orenes.

De los 1.208 millones de euros que las ONG agrupadas en la Coordinadora han tenido en 2008 para sus proyectos solidarios, el 44,9% tuvieron origen privado y el 55,1% público (estatales, comunidades autónomas, ayuntamientos y Unión Europea).

A pesar de la crisis, el Gobierno ha reiterado su compromiso con los más desfavorecidos y su propósito de destinar a cooperación el 0,7% del PIB al finalizar la legislatura, un compromiso difícil de alcanzar en la actual coyuntura, opinan en varias ONG consultadas por EFE.

En Intermón-Oxfam temen la reducción de fondos públicos -"otros gobiernos europeos ya lo están haciendo", destaca Ariane Arpa, directora general de la ONG-. Ellos intentarán paliarlo recortando gastos de funcionamiento. "Ningún proyecto -insiste Arpa- se va a cerrar por falta de financiación".

"Estamos muy preocupados. Más que nunca, es necesario que nos volquemos en las personas que más lo necesitan", añade la directora general de Intermon-Oxfan, en donde ya han notado una reducción en las ventas -en torno al 8%- en sus tiendas de comercio justo. "La crisis nos afecta, sí, pero sin comparación a como golpea en los países pobres", apunta Arpa.

FORTALECER LA AYUDA AL DESARROLLO

En Médicos del Mundo tienen el mismo temor, por lo que se mantienen "expectantes", afirma Antonio González, su coordinador general. "Sería una gran irresponsabilidad. En situaciones como la actual, es más necesario que nunca fortalecer la ayuda al desarrollo", comenta. A ello, la ONG ha destinado este año 22 millones de euros.

La Caixa, por ejemplo, se ha comprometido a, como mínimo, mantener en 2009 la dotación presupuestaria de su Obra Social para 2008, unos 500 millones de euros, de los cuales 306 tuvieron como destino la asistencia social y sanitaria.

En 2009, La Caixa "pondrá el acento en las necesidades sociales con el fin fundamental de ayudar al bienestar de las personas", dijo a EFE un portavoz de la entidad.

La Fundación Vicente Ferrer, que desarrolla su labor humanitaria en la India, "en lugares donde la crisis es permanente", quiere aprovechar esta situación de incertidumbre para "explicar más y mejor" lo que hacen, confiados en la solidaridad de la gente y en la fidelidad de sus más de 135.000 socios.

La misma actitud optimista, y la misma confianza en las personas que les apoyan, más de 210.000, tienen en Médicos sin Fronteras.

"Desde agosto hemos notado un ligero descenso en los donativos, pero estamos convencidos de que, en situaciones como la actual, la gente se hace más cómplice con el dolor de los demás. Nuestra previsión es seguir creciendo", dice Ana Pineda, responsable de márketing de esta ONG.