Franco fue el general que menos hizo en la preparación del Alzamiento._Más bien no hizo nada, nunca se significó._No toma partido desde su posición en_Baleares hasta el asesinato de Calvo_Sotelo. Mola estaba desesperado con él y a los que realmente se arriesgaron les olía a chamusquina". Eso dijo ayer en el Club_FARO Jorge Fernández-Coppel, aviador y especialista en Historia Militar del sigo XX. Su charla, sobre Queipo de Llano, quiso aportar una visión más amplia de este militar crucial para que resultara el levantamiento contra la_República y que, si tantas adhesiones despertó en un bando, tantas inquinas y odios consiguió en el otro.

Presentado por Luis Espada, catedrático de la Universidad de Vigo, Fernández-Coppel se refirió en primer lugar a las circunstancias que le habían llevado a estudiar a este general entrando en sus documentos personales, incluido su epistolario, hasta ese momento inéditos; trazó después una semblanza biográfica del personaje desde su nacimiento en_Tordesillas en 1875 hasta su muerte en 1951; y, como eje de su charla, se centró en las circunstancias que conformaron su papel durante la guerra "Cuando buceé en sus documentos -afirmó- comprobé que era un hombre culto que se consideraba una especie de Quijote y estaba muy dolido por lo que la pasó tras la guerra, ese trato que recibió de Franco tras sus muchas divergencias".

Hablar por hablar

Escriben muchos libros sobre la guerra pero pocos autores se sumergen lo necesario en los archivos. Esa idea expresó este investigador, que afirmó que su trabajo sobre el general_Queipo de Llano le había granjeado estos mismos días no pocas acusaciones como la de "componedor de virgos democráticos" emitidas por gente "que habla sin conocer, sin datos precisos".

Según afirmó, los dos generales fundamentales para que resultara la sublevación fueron Cabanellas, que estaba en_Zaragoza, y Queipo de Llano, al que le confiaron el sur, precisamente considerados leales a la República y masón el primero de ellos. "El golpe fue un fracaso -dijo- y por eso acabó en esa trágica guerra civil._Una guerra que no fue la de unos sublevados contra el resto sino de la mitad de España contra la otra mitad, tras muchos enfrentamientos larvados largo tiempo. Y, como_en el caso de Queipo de Llano, hay luces y sombras sobre cualquiera de los que tuvieron que tomar decisiones en ella, difícilmente comprensibles fuera de ese contexto o desde el presente. Por ejemplo, si Queipo de Llano no actúa con la determinación que lo hizo, si hubiera tenido alguna tibieza, no hubiera cuajado el_levantamiento del acuartelamiento de_Sevilla, que consiguió casi en solitario. Y entre esas determinaciones está el fusilamiento del general_Campins por desafecto, a pesar de que era gran amigo de Franco".

Fernández-Coppel se refirió a todas esas circunstancias que precedieron al 18 de julio de 1936. "Hasta ese mismo año -comentó- ninguno de los conspiradores pensó en dirigirse a Queipo de Llano porque se le consideraba fiel a la República pero fue él mismo quien se dirige a Mola, que acaba confiando en él. Queipo pensaba que le confiarían el control de Valladolid porque era su tierra y allí todo lo tenía más fácil pero, ante su sorpresa, se acordó que Mola se encargara de la zona norte, Franco de las fuerzas de África y él de la zona sur".

En las palabras de Fernández-Coppel se perfila a un militar de la vieja escuela, muy duro y al que no le tiembla la mano a la hora de mandar fusilar a alguien, como al general Campins. Se ve al hombre que radiaba partes de guerra propagandísticos todas las tardes en el que el mismo reconoce excesos verbales. Se ve también al hombre que a golpe de teléfono sublevó a media Andalucía. Al militar completamente anti-falangista y también gran denostador de las tropas italianas. Al general que aprovechaba cualquier recurso que se le presentaba con gran perspicacia..

Precisamente sus desavenencias con_Franco conformaron esa etapa de su vida tras la guerra, enviado por el_Generalísimo al exilio exterior. Algo que siempre le dolió hasta la muerte en 1951.

Un ferviente opositor a Primo de Rivera

Contó a grandes rasgos su vida. Nacido en el siglo XIX, participó en las guerras de Cuba y África en el arma de caballería (participando entre otras acciones en la última carga de caballería de Azalquivir), fue un ferviente opositor de Primo de Rivera y de Alfonso XIII (aunque se consideraba monárquico), se levantó en armas contra la "Dictablanda" de Berenguer en el aeródromo de Cuatro Vientos a favor de la República, por lo que se le envió al exilio. Regresó de París en 1931 como héroe de la nueva República donde ejerció varios cargos de importancia, entre ellos jefe de la casa militar del Presidente Niceto Alcalá-Zamora, del que se convertiría en consuegro. En 1936, con 61 y como inspector de carabineros dirigió el alzamiento de la plaza de Sevilla y sus decisiones recibieron a través de la historia los más variados epítetos, de modo que si fue un salvador para un bando, para el otro fue un asesino y un fascista sanguinario.

Terminada la contienda, la distancia existente entre Queipo de Llano y el general Franco se hizo insalvable y los incidentes entre uno y otro fueron innumerables. Finalmente fue destituido de la Capitanía General de Andalucía y confinado a Burgos. Posteriormente fue propuesto como embajador de España en Buenos Aires, pero no contó con la aprobación del Gobierno de Argentina. Poco tiempo después fue enviado a Italia al frente de una misión militar creada "ad hoc" por el mismo_Franco.

En 1942 regresó a España, estableció su residencia en Sevilla y, desde entonces, permaneció alejado de cualquier cargo militar en situación de disponible forzoso. A mediados de 1944 el general Franco le impuso la Cruz Laureada de San Fernando en un solemne acto celebrado en la plaza de España de Sevilla. A finales de 1950, poco antes de morir, el jefe del Estado le concedió el título de marqués de Queipo de Llano.