El escritor Juan Marsé (Barcelona, 1933), distinguido ayer con el Premio Cervantes "por su decidida vocación por la escritura, venciendo los elementos personales y su dura vida, y por su capacidad para reflejar la España de la posguerra", según el jurado, confesó que escribe "para evocar algunas experiencias que no he tenido y que me hubiera gustado tener" y naturalmente como búsqueda de una "determinada forma de belleza".

Aunque sin haber podido asimilar con la reflexión necesaria la obtención del galardón más importante de las letras hispanas, Marsé aseguró que la experiencia de la escritura le sirve también "para recuperar un tiempo perdido en un mundo que a veces no te acaba de convencer y que te empuja a buscar un mundo alternativo".

Marsé, uno de los más populares escritores catalanes que escriben en castellano, comentó que no se siente bandera de una lengua ni piensa hacerlo: "Cada uno escribe en la lengua que quiere, y en todo caso defiendo mi derecho a escribir en la lengua que me dé la gana, porque la lengua es un vehículo, una manera de entender y yo no soy en absoluto nacionalista".

Aunque aseguró que la literatura "no tiene nada que ver con los premios", se mostró ilusionado con el Cervantes, aunque matizó que fue una sorpresa "relativa" porque sabía que era finalista

El autor de "Últimas tardes con Teresa" está escribiendo ya una nueva novela, aunque no quiso desvelar mucho de su contenido, por temor a "estropear el argumento al contarlo".

De esta nueva obra apenas reveló que como otros de sus títulos, como "Rabos de lagartija", tiene que ver con las novelas que a él le gustan, y que la historia transcurre una parte en los años cuarenta y otra en la actualidad.

"Siempre me cuesta escribir un nueva novela, porque soy muy quisquilloso, pero me gusta hacerlo porque disfruto escribiendo", confesó.

Preguntado por cuál de sus "hijas" literarias es su preferida, el escritor barcelonés dio rápidamente los nombres de "Si te dicen que caí" y "Rabos de lagartija", pero su "debilidad" es su primera novela, "Encerrados con un solo juguete" (1961), finalista del premio Biblioteca Breve, porque la escribió en un momento importante de su vida, cuando vivía en París. Marsé dedicó el premio a Paulette Goddard, la que fuera mujer de Charles Chaplin, una actriz que le gustaba mucho cuando él tenía 13 años.

El galardonado, que se enteró de que había ganado el Cervantes dos horas después de fallo, durante una visita al médico, aseguró que el galeno le ha encontrado bien, "con los típicos problemas de colesterol y triglicéridos, pero muy bien".

Marsé, autor de títulos como "Si te dicen que caí", "El embrujo de Shanghai", "La muchacha de las bragas de oro" y "Ultimas tardes con Teresa", es uno de los novelistas estrella para adaptar al cine: hasta siete de sus novelas se han convertido en películas, pero él reniega de esos filmes y promete hacer en su siguiente obra "un pequeño ajuste de cuentas" con esos directores. Vicente Aranda ha llevado al cine cinco obras de Juan Marsé, considerándose desde siempre su principal traductor del mundo literario. "La muchacha de las bragas de oro" fue, en 1979, la primera película sobre un texto del escritor catalán.