El estudio del IVI, titulado "Diferencias de calidad seminal y resultados reproductivos" y realizado entre los años 2000 y 2008, se ha llevado a cabo entre pacientes de diferentes países europeos participantes en un tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV) con donación de óvulos.

En él se revela que existen diferencias en cuanto a la calidad seminal entre los trece países europeos analizados y sus resultados en tratamientos de reproducción asistida.

Según las conclusiones del estudio, el semen español está a la cola en este ránking europeo en cuanto a volumen (9ª posición), movilidad (10º puesto) y concentración. En este último parámetro, sólo están por detrás de España los belgas y los turcos, que además ocupan las dos últimas posiciones en cuanto a volumen y movilidad.

Por el contrario, Suecia y Noruega son los que obtienen los mejores resultados en concentración y movilidad, e Irlanda y Alemania son los primeros en volumen de espermatozoides por eyaculación.

Tras analizar la calidad del esperma europeo, el estudio del IVI evaluó también su funcionamiento, es decir, su capacidad para lograr una gestación, y ahí los españoles lograron situarse en la segunda posición, solo por detrás de Portugal.

Las 11.975 parejas que participaron en este estudio lo hicieron para un tratamiento de fecundación in Vitro (FIV) con donación de óvulos, es decir, que a la hora de conseguir o no un embarazo el factor femenino estaba minimizado ya que todos los óvulos donados pertenecían a mujeres jóvenes, sanas y sin problemas de fertilidad.

Según la directora del laboratorio de andrología de IVI Alicante y autora del estudio, Elena Sellés, "más del 40% de las parejas españolas que hicieron este tratamiento consiguieron embarazo en el primer intento, mientras que apenas un 25% de las parejas suecas lo lograron, a pesar de su buena calidad seminal".

La explicación para esta diferencia de resultados clínicos radica, según Elena Sellés, es que para lograr un embarazo "no sólo es importante el recuento de espermatozoides con buena movilidad y forma, sino también su capacidad fisiológica para fecundar", y ahí sí tiene mucho que decir la forma de vida de cada país, sus hábitos alimentarios, su mayor o menor exposición a ambientes tóxicos, el consumo de alcohol, tabaco o drogas y, sobre todo, el nivel de estrés, que pueden influir en el núcleo del espermatozoide.

Este estudio del IVI, el más amplio llevado a cabo por un centro de fertilidad, ha sido seleccionado para presentarlo en el Congreso Europeo de Andrología, que este año celebra su quinta edición en Roma del 26 al 28 de noviembre próximos.

El Instituto Valenciano de Infertilidad se constituyó en 1990 como la primera institución médica en España dedicada íntegramente a la reproducción humana.

Actualmente el IVI cuenta con clínicas en diez ciudades españolas y en países como México, Portugal, Argentina, Chile y Panamá.