El bar como "espacio dramático de primer orden" y, a partir de ahí, una concatenación de historias. Pequeños dramas, comedias, tragicomedias de gente normal que vive y siente día a día sus "dramas privados nunca confesados" y que se han traducido al lenguaje cinematográfico con el sello de cine de autor. La propuesta se titula De bares, la opera prima del cineasta pontevedrés Mario Iglesias que, tras una desesperante odisea, ha logrado estrenar en la gran pantalla esta cinta, acabada en 2006 y Premio Mestre Mateo al mejor montaje en 2007.

Nancho Novo, Javier Albalá y Rosa Álvarez, entre otros, componen el elenco de una película que aúna a actores profesionales y "naturales" entendiendo Iglesias por estos últimos a "la gente de la callle que actúa en su registro personal, comportándose como ellos mismos aunque cambien su oficio en la película". El director pontevedrés defiende esta mezcla: "El cine siempre es trampa. Es interesante ver estos dos tipos de actores porque unos se contagian a otros, dando una sensación de naturalismo que era lo que buscaba para el filme".

El naturalismo también lo aportan los exteriores y decorados entre los que pulula la fauna urbana que se pasea por la película. Como hilo conductor, la relación del joven Oscar y el camarero. Como punto de partida, un bar de Vigo, el Hipólito (en la zona de As Travesas), "maquillado" para su estreno en la gran pantalla donde aparece prácticamente empapelado con fotos de las que surgen las historias del filme.

La cinta gallega ha llegado de forma tímida a una única sala en Vigo luchando contra las distribuidoras extranjeras. Ni siquiera el estreno comercial ha arrancado un soplo de optimismo a su director. "No doy nada por hecho porque estamos al principio de una larga lucha como es la distribución comercial. Hay serias dificultades porque sólo está en una sala. Estamos muy lejos de una situación satisfactoria, pero todo llegará", explica Iglesias quien este año remató un nuevo largo Cartas italianas, también pendiente de exhibición comercial.

A pesar de las dificultades para encontrar un hueco en las salas de su propio país para sus películas, Mario Iglesias no se rinde, avalado por su trabajo: "De bares ha tenido una muy buena trayectoria en los festivales, también ha tenido buenas críticas porque es una película que no deja indiferentes (a los espectadores)".

Renuncia al cine comercial

Ante la pregunta de si renunciaría al cine de autor a cambio de lograr más salas comerciales, el cineasta gallego tampoco titubea en la respuesta. "La manera de hacer cine comercial no es lo mío. Mi cine es de autor porque no atiende a los requerimientos de la industria", defiende este licenciado en Bellas Artes.