Los productos elaborados a base de algas marinas y comercializados bajo la marca "Sombra sana" aseguran proteger contra la excesiva exposición contra los rayos ultravioleta, que producen desde una insolación hasta melanoma (la forma más grave del cáncer de piel) y problemas graves a la visión.

Estas gorras, chalecos, riñoneras, tops, forros de sujetadores y bikinis, han sido elaboradas con fibras de "Gigartina Chamissoi", un alga abundante en el mar peruano que bloquea un 99,7 por ciento de los rayos ultravioleta, aseguró a Efe Luis Antonio Camuzzo, el inventor de estas prendas.

"Lavamos la prenda diez veces a mano y diez veces en lavadora y la segunda certificación demostró que bloquea (los rayos ultravioleta) un 98,5 por ciento, o sea que se redujo 1,2 (puntos porcentuales) después de 20 lavadas", explicó Camuzzo, director del centro privado de investigación "Código vida".

Las pruebas sobre la calidad de la protección que brindan las prendas -que suelen llevar además un porcentaje de algodón- fueron efectuadas en enero de 2004 por el laboratorio Alex Stewart (Assayers) del Perú, según un documento que mostró Camuzzo a Efe.

El empresario recordó que los miembros de la XVI Expedición Científica a la Antártida, que envió Perú entre 2005 y 2006, llevaron en sus travesía capuchas y riñoneras (canguros) con estas fibras, que fueron de gran utilidad en la protección contra los rayos ultravioletas durante el verano austral, según acreditaron los propios oficiales en una misiva.

Precisamente en 2006, el agujero sobre la Antártida alcanzó un récord debido a un invierno especialmente frío y se extendió sobre una superficie de 29,5 millones de kilómetros cuadrados, con una pérdida de ozono evaluada en 40 millones de toneladas.

El ozono es el responsable de filtrar los rayos ultravioleta del sol, que causan daños a la vegetación y pueden causar cáncer de piel.

Los artículos de "Sombra sana" se confeccionan en talleres de Gamarra, un emporio textil peruano en el corazón de Lima, y su inventor está a la espera de asociarse con empresarios extranjeros para incrementar su "stock" de algas pardas, que asciende a 7 toneladas.

El empresario confió en que sus prendas tengan éxito en el mercado internacional al recalcar que sus precios son competitivos.

Por ejemplo, una gorra de béisbol cuesta unos 12 dólares, un 30 por ciento más que las que de tela de lona.

Mientras espera un despegue internacional, "Código Vida" apuesta por las bondades de las algas con la producción de "Frutialgas", hojuelas de esta planta marina combinadas con frutas nativas; "Yuyaris", láminas de sushi pero condimentadas con yerbas aromáticas, así como parches reductores de grasa corporal, entre otros.