"Nos castigaron, nos dejaron sin ceremonia y lo único que nos entregaron fue una hoja de papel escrita a mano y sellada", relató al diario "Las Últimas Noticias" Oscar Gutiérrez, hoy subdirector de la Policía de Investigaciones.

Gutiérrez y 23 de sus ex compañeros pudieron licenciarse al fin este domingo en una ceremonia en la que estuvieron acompañados de sus familias y de 400 alumnos de otras generaciones del Liceo Abate Molina de Talca, a 258 kilómetros al sur de Santiago.

Las travesuras de los antaño jóvenes escolares llegaron al extremo de esconderle el automóvil al inspector del centro en la biblioteca, que estaba situada nada menos que en el tercer piso.

"Fue espectacular lo que hicimos. Era un 'Fiat 600' y entre casi 40 personas subimos el auto escalón por escalón hasta llegar a la biblioteca", recordó 36 años después el dentista Francisco Rodríguez.

Otro de los destinatarios de las bromas pesadas de este curso era "Monsieur Aguilera", el profesor de francés, quien cada vez que tenía clase con el temible curso Cuarto C se encontraba el salón vacío.

Pacientemente, el profesor iba en busca del inspector del colegio para denunciar el hecho.

Cuando volvía con él, el atribulado maestro se encontraba a 38 formales estudiantes jurando que jamás se habían movido de su puesto, esperando a que llegara el profesor.

Ayer los "veteranos" alumnos se portaron disciplinadamente en la ceremonia de entrega de los diplomas, a la que sin embargo no pudieron asistir dos de sus ex compañeros, ya fallecidos.