El sondeo ha sido realizado por Sigma 2 y otras empresas para la fundación Pfizer entre septiembre y octubre por el sistema de entrevistas telefónicas aleatorias a 100 profesores de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato de las provincias de Madrid, Valencia y Barcelona y a 800 adultos españoles y, con cuestionarios presenciales, a 300 inmigrantes de todo el país.

Entre otros resultados, un 48,6 por ciento de los españoles desea un centro escolar público, el 25,7 por ciento prefiere uno concertado y el 23,1 por ciento se decanta por uno privado.

El 48,7 por ciento de los inmigrantes optaría por un centro público, el 14,7 por uno concertado y el 29,3 por ciento por uno privado.

El 47 por ciento de los profesores opina que su formación es regular o mala para enfrentarse al fenómeno de la inmigración en las aulas, aunque el 49 por ciento cree que su preparación es buena o muy buena.

Seis de cada diez españoles valoran la multiculturalidad en las aulas, y apenas uno la ve negativa, mientras que nueve de cada diez inmigrantes cree que el colegio de su hijo fomenta la igualdad.

El 77 por ciento de los profesores y el 89 por ciento de los inmigrantes creen que los hijos de extranjeros se han adaptado bien o muy bien al sistema educativo español.

El 77 por ciento de los docentes cree que el desconocimiento del idioma es un factor que perjudica mucho o bastante la integración educativa de los alumnos de origen extranjero, el 79 por ciento menciona también la diferencia de nivel de estudios y el 62 por ciento habla de diferencias culturales.

La Secundaria Obligatoria es identificada por el 85 por ciento de los enseñantes como el nivel educativo con mayores dificultades de integración.

Esta etapa, con una puntuación en torno al 6,5, es la que recibe menor valoración de profesores y población española.

El 67 por ciento de los profesores y el 64 por ciento de los españoles están de acuerdo con que se debe invertir más en planes de estudios que integren mejor a los niños de origen extranjero, con problemas familiares o de aprendizaje, pero sólo un 39 por ciento de los inmigrantes está de acuerdo con esto.

Aproximadamente, siete de cada diez españoles reclama más inversión en recursos de los centros educativos y formación del profesorado y más ayudas públicas.

Para los españoles, la conducta de los alumnos y su desinterés por los estudios son los principales problemas educativos, a los que el profesorado añade la falta de implicación de las familias.

Como prioridades, los docentes citan por este orden, potenciar el trabajo con las familias, formación específica del profesorado para integrar alumnos con problemas, adaptación curricular de inmigrantes, aulas de integración y de apoyo y charlas específicas de psicólogos sobre integración.

El 20 por ciento del profesorado no cree que la educación tenga que ser obligatoria necesariamente hasta los 16 años, debido a la existencia de alumnos que no quieren estudiar y, además, frenan el nivel de los que sí quieren hacerlo.

Ente los docentes entrevistados, el 60 por ciento declaró que tenía más de un 10 por ciento de inmigrantes en sus clases y, en algún caso, más de un 50 por ciento.

La opinión de los inmigrantes sobre el sistema educativo es mejor que la de los españoles, ya que aquellos le conceden una puntuación de 8 sobre 10 y éstos la valoran con un 6, mientras que los docentes le otorgan un 6,3.

Son los inmigrantes los que más aprecian ciertos aspectos del sistema educativo, ya que califican con más de un 8 la formación del profesorado, las instalaciones, los recursos materiales, la accesibilidad a los centros y los planes de estudios.