Unos espacios especiales para niños, ancianos y discapacitados, un restaurante, un auditorio y otras salas completan la remodelación del centro cultural, trabajos en los que el Banco de la República (emisor) invirtió en diez años cerca de veinte millones de dólares.

La directora del Museo del Oro, la antropóloga Clara Isabel Botero, destacó que la entidad pudo adoptar lo mejor del mundo para este tipo de instituciones en cuanto a seguridad, tecnología, iluminación y concepto museográfico.

Son unas instalaciones y servicios nuevos con los que "queremos fomentar las visitas y superar la cifra de 500.000 visitantes al año", afirmó la portavoz de la institución, cuya colección de metalurgia prehispánica es una de las más importantes del mundo.

Con una historia de 69 años que le ha permitido reunir casi 60.000 piezas, la entidad creada por el banco emisor ofrece ahora al público un recorrido que comienza por una sala que adentra en el descubrimiento de los metales y su explotación.

El trabajo sobre los metales y las técnicas de minería y manufactura de la metalurgia ocupan el espacio siguiente de la exhibición, que continúa con una muestra sobre piezas metalúrgicas procedentes de las distintas zonas arqueológicas de Colombia.

La simbología de los metales, los mitos y las creencias centran la sala que sigue, sobre cosmología y simbolismo, dentro de un recorrido que termina con el salón de "La ofrenda", que le permite al visitante entrar en "el mundo de las ceremonias que propician el equilibrio del mundo".

La visita también puede incluir el paso por un nuevo espacio que ofrece un mapa gigante del país y la posibilidad de aprendizaje sobre la geografía, la diversidad cultural y el patrimonio arqueológico de Colombia.

La remodelación también incluyó la apertura de un espacio para exposiciones temporales sobre patrimonio cultural de otros países o regiones del mundo.